[Programa de festes 1994, pp. 35-36]

Alfara del Patriarca ayer.

Por F. Tarin Juaneda.

De otro lugar de la huerta de Valencia fue también Señor el Beato Juan de Ribera; de Alfara, llamada de los ladrillares, después de Cruilles y últimamente del Patriarca.

En viejos pergaminos se refiere el origen de este pueblo. En ellos se lee que en tiempos cercanos a la conquista de Valencia por D. Jaime I existía en la partida denominada Alfara dos casas o alquerías separadas, las cuales eran una d’en Losa, e laltra d’en Sadorni, y cada una de estas labraba y procuraba sus tierras independientes de todo señor y dueño y estaban sometidas a la jurisdicción de la Justicia de Valencia. Fundáronse despues en aquel terreno algunas otras alquerías; una de ellas la compró en Guillem de sent Joan, el cual hizo una pobleta de siete u ocho casas origen del lugar de Alfara. El en Guillem de sent Joan vendió esta Pobleta a en Pere Calvet, savi en dret, de la ciudad de Valencia, que añadió al caserio la antigua alquería de en Losa. Pasaron después todas estas propiedades a Guillem Jafe, reputando jurisperito en el año 1388; y éste vendió dicho lugar de Alfara por precio de 35.000 sueldos a micer Bonifacio, en el año 1393, compró a los Reyes de Aragón D. Juan I y Doña Violante, su esposa, los derechos del morabatín y logró sustraer a sus vasallos de la jurisdicción del justicia criminal de Valencia, quedando constituido Alfara en Señorío independiente.

Quebrantos de familia, pérdida de intereses y desengaños del mundo obligaron a D. Bonifacio a vestir la cogulla en la famosa Cartuja de Porta-Celi en 1396, y entonces pasó el lugar de Alfara a la noble familia de los Cruilles, que lo poseyeron por muy largo tiempo. Los Cruilles reedificaron el palacio señorial, antiguo caserón que no tuvo nunca las pretensiones de fortaleza que revistió el de Burjasot. El último de los caballeros de esta familia que poseyó el lugar de Alfara, fue D. Luis Carbonell Olim Cosme Masiá (Matías) de Cruilles, quien en 1595 lo vendió al venerable D. Juan de Ribera por precio de 10.700 libras. Es notable la escritura original en que consta esta venta, por sus exageradas dimensiones; forman un rollo de pergamino compuesto de treinta pieles de carnero, unidas unas a otras las que, extendidas, dan una pieza de 26 metros y medio de longitud, por 60 centímetros de ancha.

Correspondía al señor del lugar el castillo o casa de la señoría; la iglesia (separada de la parroquia de Moncada en 1815); la jurisdicción civil y criminal; la carnicería, la tienda, hostal y taberna, todo en un mismo edificio; la almazara, el molino y varias tierras, en pleno dominio.

Aún no habia terminado el Beato Juan de Ribera la suntuosa fábrica de su colegio, cuando se desprendió del lugar de Alfara a favor de ésta su predilecta fundación, cuyo acto hizo constar en documento público, que autorizó el notario Gaspar Juan Micó en 14 de septiembre de 1601. Desde entonces, el rector ya nombrado del Colegio de Corpus Christi y sus sucesores, vinieron, hasta muy recientes tiempos, ejercitando la jurisdicción. Aquí, como en Burjasot, nombraban los rectores del Colegio los oficios municipales de jurados, justicia, mustaçaf y baile del lugar; suprimió el régimen foral, interviniendo directamente en el nombramiento de alcaldes y regidores.

Son curiosas las ordenanzas que para el buen régimen y gobierno de Alfara redactaron en 1694 sus vecinos, y aprobó en aquel mismo año el Colegio. Están escritas en valenciano y constituyen un pequeño codigo rural muy interesante; no descuidan detalle alguno, ni aún en lo que se refiere al orden interno de la población. Por ejemplo, en la ordenanza 26 se lee lo siguiente:

“Item delliberem y determinem, que qualsecols dones que en dit poble és bailarán y es dirán paraules injurioses, paguen cascuna un parell de gallines de pena. Les cual hajen de ser, ço es, lo un parell para el señor de dit lloch, y lo altre, cara el justicia con fins hui se ha estilat en dit lloch.”

En la ordenanza 50 dicen:

“Item delleberem y determinem que qualsevol persona que en dit lloch vendra bacó que sia mesell, pague tres lliures de pena y lo bacó cremat”

Pocos recuerdos quedan en Alfara del Beato Ribera a excepción del sobrenombre del Patriarca, que ha quedado a este lugar desde que lo poseyó dicho señor, que no visitaba a Alfara con la frecuencia que iba a Burjasot, donde encontraba mayor aliciente con la grandiosidad de su castillo y lo agradable del bosque y parque de la deliciosa dehesa.

F. Tarin Juaneda.

Almanaque “Las Provincias” de 1897 pag. 157

Bibliografia completa F. Tarin Juaneda, «Alfara del Patriarca de ayer» (1994). Programa de festes 1994, pp. 35-36.
Etiquetes programes de festes, història
Data de publicació Dijous 13 gener de 2022
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