“Un homenaje”, Salvador Bailach Pia (1975)

[Programa de fiestas 1975, sense numerar]

Un homenje

Por Salvador Bailach Pia

Me pide un buen amigo que escriba unas líneas con motivo del homenaje que el C. D. Alfara del Patriarca le quiere dedicar, en fecha próxima, al también amigo Vicente Marco Ferrer, del que se pueden decir muchas cosas, y buenas, pero quizás yo no sepa expresarme muy literariamente; pero como viví personalmente la trayectoria en pro del deporte del homenajeado hasta que me ausenté de mi pueblo, procuraré ceñirme a la realidad de lo vivido y decirlo tal como lo siento.

Vicente Marco Ferrer ha estado siempre en toda manifestación de cualquier deporte que se haya practicado en Alfara del Patriarca, y en grado máximo en fútbol, teniendo yo conocimiento de esa dedicación plena a partir del año 1936 hasta mi ausencia, y creo que habrá seguido hasta la hora presente; pero donde más empeño puso y más se sacrificó fue en los años 1940 a 1947, en que el C. D. Alfara del Patriarca (sin ninguna clase de medios económicos, ni el club ni los jugadores) lo constituíamos varios amigos, algunos de los cuales empezaban a andar en ese deporte, y entonces era cuando Marco nos enseñaba, con gran paciencia por su parte, todo lo que sabía y más, el que se sacrificaba por todo y para todos, el que se encargaba de que a la hora del partido el campo estuviera señalado, que las porterías estuvieran bien, el llevar el material (equipos de los jugadores y gaseosas), el que sacrificaba su trabajo personal en pro del equipo, el que en su casa se lavaba la ropa, el que arreglaba las botas y los balones y el que, algunas veces, por qué no decirlo, en los desplazamientos a otros pueblos, nos pagaba a algunos los billetes del tren. Ese era Vicente Marco en cuanto a sacrificio personal, económico y familiar en pro del fútbol.

Vicente Marco Ferrer

Pero, además, hizo de nosotros un equipo que jugábamos con ilusión, en el que «uno era para todos y todos para uno», en el que se sentía de verdad el nombre del C. D. Alfara del Patriarca que defendíamos, en el que quien sabía jugar menos lo suplía con pundonor y amor propio, en fin, en el que se sudaba la camiseta, como vulgarmente se dice. Los triunfos nos alegraban de verdad, así como las derrotas nos amargaban, aunque eso sí, siempre deportivamente.

De ello pueden dar fe muchos todavía, como son: José María Marqués, Antonio Lluesma, Miguel Sanfélix, José María Aguilar, los hermanoi Salvi (Matías, Miguel y Carlos, fallecido). Luis Granell, Francisco Cabo, Juan Serra, Bella y, entre los foráneos, estaban, de Vinalesa: Elías (El Carniser) y Julio; y de Moncada: Alfredo Bonet; los hermanos Lluesma (Dalio), el mayor fallecido; el Toñiner; hermanos Company; hermanos Casaña; Salvi (el Pintoret), y otros más.

A algunos de estos el Club Deportivo Alfara les sirvió de trampolín para salir a jugar en otros equipos de la región.

Y, en cuanto al juego de pelota, Marco, y siempre Marco, es el que estaba dispuesto al sacrificio, pues él era el que se encargaba de que, a la hora que fuera, tuviéramos “les pilotes de pell” para jugar “per d’alt corda”, así como les “pilotes de vaqueta”. Qué grandes partidas se han hecho en esa calle Mayor (hoy, Teniente R. Casaña) con la pelota de “vaqueta”. De ello también pueden dar fe, además de los aficionados, Paco (el de la Blata), Canela, Francisco Catalá, Miaja, el Carboner, Miguel de Masarrochos, Antonio Lluesma, Miguel Sanfélix, Granell, Casaña, Juan Serra y otros.

Así pues, en este homenaje que se le va a dedicar a Vicente Marco Ferrer, solamente os pido a todos los aficionados al deporte, cualquiera que sea, los de aquella promoción y los de las posteriores, y a todo el pueblo, que le expresemos ese día, con nuestra presencia, nuestro afecto y amistad, que se vea rodeado y mimado por todos nosotros, que sepa que no está solo, en fin, que le paguemos de una vez todo el sacrificio y amor que él ha tenido a lo largo de toda su vida por su pueblo, Alfara del Patriarca.