A partir del programa de festes de l’any 60 gaudim de la participació d’un personatge excepcional: el músic, compositor i professor Manuel Palau i Boix (1893-1967), que escriu intel·ligents textos i de qui escriuen personatges com Vicent Andrés Estellés, Xavier Casp o Emilio Ramón Llin.

Hem volgut reunir tot aquells textos en una mateixa publicació que situe al Mestre Palau en el lloc que li correspon, com a intel·lectual però també com a fill del poble que participava de la seua vida social. Hem deixat fora els textos que se li dediquen als programes de festes de 1986, 1988 i 1993, que recollirem més endavant.

El que es trobarà en esta publicació són tres textos del Mestre (un d’ells un emotiu i enginyós poema a la seua dona malalta), dos poemes dedicats (Xavier Casp i Vicent Andrés Estellés, respectivament), una glosa del doctor Emilio Ramón Llin, cronista oficial; i l’homenatge pòstum que Alfara li dedicà a la seua mort, particularment encertat i de bon gust. Ahí es pot llegir una selecció de notes de premsa internacional que dona fe de la seua importància i el seu recorregut; una cronologia i una discografia.

Contingut

Meditaciones en torno a San Juan de Ribera, Manuel Palau

Alfara siempre, Manuel Palau

A Manuel Palau, Xavier Casp

Inyor, Manuel Palau

D. Manuel Palau, Emilio Ramón Llin

Homenaje póstumo de Alfara del Patriarca a su Ilustre hijo Don Manuel Palau Boix

Del Maestro han dicho

Cronología breve

La obra de Manuel Palau, grabada en discos

Honores, Condecoraciones y Premios

DESDE EL PRINCIPIO, Alfara valoró siempre, la primera, la valía del Maestro

PALAU, Vicent Andrés Estellés

Meditaciones en torno a San Juan de Ribera

[Programa de fiestas 1960, pp. 9 i 10]

Cuando tratamos de bosquejar el inventario de las actividades que San Juan de Ribera desplegó, queda sobrecogido nuestro ánimo, porque nosotros insertos en esta época de especialistas, de superficialidad y de prisas, no podemos comprender las múltiples facetas del talento, ni el caudal prodigioso de la voluntad —¡caridad vibrante!— del Patriarca, como no sea admitiendo la existencia de un continuado milagro que haya presidido la vida total de nuestro Santo.

Santo, sabio —erudito e investigador—, héroe —sin la espectacularidad del que blande la espada en campos de batalla, pero de un heroísmo no menos patente ni menos eficaz—, y también artista, capaz de comprender la esencia única e impalpable del arte, tanto si este se manifiesta plásticamente —como Arquitectura, Pintura…—, cuanto si palpitan sus acentos en el universo de lo temporal —Música, Poesía…—. Estas maravillosas manifestaciones del espíritu que se llaman Arte y Liturgia eran consideradas como inseparables por el Santo Patriarca y por ello pudo hacer cristalizar, como plasmación de sus ensueños de artista, esa institución única y ejemplar que es el Real Colegio de Corpus Christi. El regio edificio —Colegio, Capilla…— diríase que es una monumental custodia que refleja hacia todos los puntos cardinales la luz del Supremo bien que en la Eucaristía se nos da; el creyente experimenta allí inefables emociones que inevitablemente truecan su musitada oración de gracias en himno de alabanza, pero el bienaventurado Juan de Ribera —primerísimo enamorado de Jesús—Hostia— quiere cantos de equilibrada mensura y de serena alegría.

Un día, como quiera que el gran polifonista Juan Bautista Comes llevara en el coro demasiado animado el compás, recibió de parte del Arzobispo, su señor, una sortija con deslumbrante piedra preciosa cuyos quilates advirtieron al maestro sobre la densidad de la música cultural y también que la Capilla del Patriarca, que Comes dirigía, tenía que ser modelo de la mejor interpretación musical durante siglos y siglos…

Juan de Ribera, Virrey, estimaba a Comes como auténtico amigo y fruto de aquel afecto fueron las Danzas que para la festividad del Santísimo Corpus Christi compuso Juan Bautista Comes sobre un texto pintoresco y edificante que quizá haya salido de la pluma del propio Santo. Estas danzas —reflejo de las que todavía perviven en Sevilla interpretadas por los Seises—, constituyen un sabroso modelo de danza sagrada en la cual se alían figuraciones plásticas de hierática gravedad con líneas melódicas luminosas y expresivas; voces humanas y de instrumentos; el candor de los infantillos que danzan y cantan y las celestes resonancias del arpa que envuelven el conjunto como nubes de un sonoro incienso. La multitud de los fieles escucha y mira de hito en hito cada detalle de aquella ceremonia en cuya belleza han quedado subyugados sus sentidos.

Los grandes ideales de San Juan de Ribera son también las metas hacia las cuales Alfara tiende. Cuenta Alfara para poder proseguir en la ardua y difícil ascensión con la perenne proyección de su Santo Patriarca sobre sus tierras, sus casas y sus moradores.

Alfara del Patriarca palpita siempre por el apasionado deseo de ganar en virtud, de caminar por senderos que le lleven hacia elevadas cumbres de cultura. Alfara quiere mantenerse en su fortaleza espiritual del trabajo noble y el sacrificio libremente ofrecido. Alfara busca ¿cómo no?, el medio de afinar, de aristocratizar su sensibilidad por medio del arte.

¡Alfara cantará siempre a su Juan de Ribera!

Alfara: ¡En adoración constante a la Sacratísima Eucaristía!!

Ilmo. Sr. D. MANUEL PALAU.
Director del Conservatorio de Música de Valencia.

Alfara siempre …

[Programa de fiestas 1962, sense numeració]

DURANTE muchos años he sentido la tentación (vanidad demasiado humana) de hablar en público. Me he presentado en muy diversas poblaciones como conferenciante, pero mis actuaciones han ofrecido dos facetas, según fueran mis públicos; ante los oyentes preparados de las grandes ciudades filarmónicas he conservado para mis charlas el estilo mismo de mi cátedra oficial, mientras que en otros medios más modestos o ante los micrófonos de las emisoras de radio he procurado imprimir a mis palabras el sentido (y también la eficacia) de la vulgarización.

Mis conferencias han sido casi siempre (pero no exclusivamente) sobre temas musicales.

Recuerdo ahora que, hace años, preparé con especial cuidado una alocución que había de pronunciar en un acto de homenaje que Alfara tributaba por estas mismas fechas a un discípulo mío que mucho me honra: al maestro don Pascual Sanchis, que acababa de obtener el Premio Extraordinario de Dirección en el Certamen Musical de Valencia. Llegó el día, y mientras el acto iba desenvolviéndose con solemnidad, empezaron a surgir en mi memoria imágenes y recuerdos queridísimos: mi infancia, nuestra huerta vista desde los ventanales de la escuela, los amigos, los maestros, la Iglesia Parroquial presidiendo el ciclo de nuestra vida, nuestros juegos, nuestros estudios, nuestro trabajo en campos, tejares y fábricas, nuestra manera de entender la vida tan ingenua y tan familiar, tan noble, tan limpia y tan gozosa … (No había entonces ningún trabajo, ningún juego, ninguna solemnidad en los que no aletease mágicamente una canción…)

Las voces de los alfarenses que ya no viven cantaron en aquel momento para mí, y aquel acento inmortal de Alfara conmovió talmente mis fibras más íntimas que cuando me puse en pie para empezar a hablar no pude hacerlo: una emoción nunca antes sentida anudó mi garganta y, sin remedio, pero también sin rubor, cayeron mis lágrimas; éstas truncaron la lógica de un discurso, pero expresaron con la más vigorosa sinceridad mi amor a esta bendita población que llevo constantemente en el pensamiento, esté yo donde esté, y a cuyos moradores considero como cosa mía de igual manera que Alfara entera sabe y siente que yo soy de su absoluta e íntegra pertenencia.

¡Y que sea por muchos, muchísimos años!

MANUEL PALAU

A Manuel Palau

SENTINT el seu concert de guitarra i orquestra en la meravellada nit del 25 de Juny de 1962

[Programa de fiestas 1962, sense numeració]

La nit valenciana
té tota l’enigmàtica puresa
d’una gràcia antiga i perquè sí,
despullada i serena,
sonoritats difícils per altíssimes
i guitarra homenenca.

No es veu la mar,
però la mar s’està
fent alé sense temps la veritat…

I tú, amic meu,
ho has sabut dir
amb els estels de l’horta i la muntanya,
amb la intimitat fonda de la nit.

¿Per a tots? ¡No!
Per a tu, per a mi,
per a l’home que és home
i ho arriba a sentir…

Que Déu t’ho pague
igràcies, amic!

XAVIER CASP

Inyor

[Programa de fiestas 1963, sense numeració]

Cantant a l’esposa malalta
Amb tot son voler sencer
la seua nineta ell ama
i canta al amor primer:
La meua xiqueta es l’ama.

La Pasqüa encetà remors
de cants i balls del terrer;
de tot suraben amors:
del corral i del carrer.

L’amor com cego ha de ser,
si cau, de tót bé s’agarra,
del tronc d’un ferm garrofer:
de les tulles de la parra.

Ai nineta del meu cor!
vine a mi puix no pot ser
qu’es mustiguen, nostre amor
i la flor del taronger.

  1. PALAU
    Masies, 1963.

D. Manuel Palau

[Programa de fiestas 1967, sense numeració]

A pesar de que mi vida es bastante polifacética y más movida de lo que uno quisiera, hay cosas imborrables en ella, cosas que nada ni nadie podrá arrancar de su lugar. Ni siquiera el tiempo que todo se lo traga.

Una de esas cosas imborrables es mi nombramiento de hijo adoptivo de Alfara del Patriarca.

Parecen nada un pergamino, unos discursos de protocolo, una reunión de gente, unos cuantos aplausos. Pero cuando todo eso lleva en sus entrañas lo que llevaban el pergamino, los discursos, la reunión y los aplausos de aquel día, en que Alfara nombraba hijo adoptivo suyo a este pobre médico, que lo mismo sirve para un fregado que para un barrido, la cosa cambia. Baste decir una cosa: Alfara me conoce y sabe que mi punto flaco no está en la vanidad; sin embargo, andaba ese día por mis adentros a punto de hacer la rueda, como los pavos reales. Dicen que, con el tiempo, lo que vale, vale más, y que lo que no vale se desinfla como los globos de los chiquillos. He recordado esta sentencia al contemplar una de las fotografías del acto de mi nombramiento de hijo de Alfara, precisamente la que acompaña estas líneas. Está hablando don Manuel Palau y está hablando de mí. El honor que entonces me hacía don Manuel era enormemente desproporcionado a mis méritos. ¡No era poca suerte tener un padrino así! Pero es ahora, apenas· transcurridos unos meses de la muerte del maestro, cuando me siento abrumado al recordar que un hombre así pudiera tomar en serio mi panegírico.

Hay algo en esa fotografía que reverdece los dulces sentimientos míos de aquella hora: Sentirme su paisano. Porque don Manuel era buen árbol, y poder estar arrimado a su sombra resulta un privilegio. Como artista y como hombre, el maestro Palau era un alma selecta. Tenía tal sentido de la responsabilidad y del respeto a todo el mundo, que nunca obraba de buenas a primeras. En su conducta había siempre un esfuerzo de cariño y de sinceridad. Vivir con los demás era para él algo así como hacer una canción, o componer una Misa. Había que trabajar en ellas, a base de inspiración y técnica, hasta lograr la elegante pulcritud de no faltarles ni sobrarles nada. Le gustaba acabar las cosas, profundizarlas, agotarlas. Por eso había, en sus relaciones con los demás, la calma de la comprensión y la hondura de la verdad constante.

Nada de esto restaba un ápice a su buen humor, a su fino buen humor, que siempre gozó el maestro con la naturalidad con que se goza de buena salud y de conciencia limpia. Supo combinar estupendamente la seriedad con la gracia. ¿Algo más? Sí, mucho más. Supo unir también la distinción con la sencillez, el cariño de su tierra con ideales universalistas, lo popular y lo clásico, la cabeza y el corazón. Sobre la límpida partitura de una de sus composiciones, cualquiera podía admirar la línea precisa de la técnica más rigurosa; pero los que le conocíamos no podíamos olvidar esa especie de misterio de ternura que le acompañaba siempre para traicionarle en el momento menos pensado. Cuando don Manuel habló de mí, en la fecha que estamos recordando, estaba yo en una confusión que no me permitía captar bien lo que me decían. Es posible que él dijera de mí cosas más en consonancia con la amistad que con la verdad. Pero si yo, al cerrar estas líneas, dijera de don Manuel Palau que sus extraordinarias cualidades y sus tesoros de cultura y de bien le hicieron verdadero millonario de cristiano humanismo, nadie podría decir que la frase salió a impulsos de una amistad reconocida. Es verdad, solamente verdad. Aunque, al proclamarla, la sienta el amigo como algo maravillosamente suyo.

EMILIO RAMON LLIN

Cronista Oficial

Homenaje póstumo de Alfara del Patriarca a su Ilustre hijo Don Manuel Palau Boix

[Programa de fiestas 1968, sense numeració]

Nacido en Alfara en 1893, el Maestro Palau -una larga vida de estudio y trabajo- falleció en Valencia en 1967. De la personalidad, éxitos y renombre internacional del Maestro se honró siempre Alfara del Patriarca, de cuyas gentes y costumbres -recuerdos de su infancia-, don Manuel se declaró seguro e incondicional paisano (ver artículo «Alfara siempre…», que volvemos a editar). Ahora, honrando su memoria -recuerdos de su hombría de bien y de su artística genialidad-, Alfara vuelve a justipreciar, dedicándole un Homenaje Póstumo, a su insigne hijo. En la fotografía de Peralba («Las Provincias»), el Maestro aparece en plena actividad creadora, entre los silenciosos libros y recuerdos de su estudio.

Del Maestro han dicho…

«…Palau volvió a triunfar y con todo honor, llevado, nada menos que de la mano del gran lturbi. El público rompió en ovaciones y el inimitable intérprete, con el afortunado autor, se presentaron juntos a recibir las aclamaciones del público.»

LOPEZ-CHAVARRI («Las Provincias», Valencia, 21-1-1927).

«Hombre de extensa cultura, muy trabajado en diversas disciplinas, es un artista de firme voluntad y robusta vena productiva…»

A. SALAZAR («El Sol», Madrid, 14-3-1928).

«…Manuel Palau, un compositor estimabilísimo, culto y entusiasta, que alcanzará en el género sinfónico el nombre y los éxitos que hacen esperar su originalidad, su inspiración y su sólida técnica.»

A. ANDRADA («El Liberal», Madrid, 17-3-1928).

«…Hay en él una sinceridad de raza que es realmente elocuente. Todavía una nueva esperanza en una escuela que se muestra cada día más numerosa y mejor organizada para imponerse y hacer oir su voz en el concierto europeo.»

L. AUBERT («Paris-Soire», París, 2-5-1929).

«…M. Palau es un joven músico español notablemente dotado. Para nuestro placer y para el gozo de nuestros oídos, él ha evocado musicalmente a los dulzaineros, a los labradores, a los niños. Y estas evocaciones bajo el sol de España tienen un resplandor, una vivacidad que nos embelesan. M. Palau condensa un poco de este alegre frenesí en una orquesta sonora, a pedir de boca. Retenemos el nombre de este músico.»

PAUL LE FLEM (París, 2-5-1929).

«…En la actualidad, de todos los compositores de la nueva generación, Manuel Palau es, para nosotros, el más completo, el más equilibrado y consciente. Su amplia visión del paisaje, su variada y rica paleta de timbres orquestales, el dominio que evidencia en cada composición, todo le coloca en primerísimo plano.»

V. LLOPIS PIQUER («El Pueblo», Valencia, 5-6-1933).

«…Palau me parece dotado de un talento que llega al genio.»

ANDRÈ PIERRE-HUMBERT («La Suisse Libérale», Suiza, 13-12-1935).

«…Los músicos modernos se suelen complacer en obras de tipo menudito; música bien hecha pero a la que suele faltar aliento. “Levantina”, del maestro español M. Palau, es muy de hoy, pero está toda ella plena de emoción; se oye en sus temas la gran voz de un gran pueblo.»

«Le Droite du Peuple» (Suiza, Enaro 1936).

«La obra de Palau tiene sonoridades opulentas. Es de la gran estirpe de los Albéniz y Granados pero con sentido totalmente personal y muy moderno. Se adivina a través de la obra… la fuerte personalidad de un gran orquestador.»

«Leffort» (Enero 1936).

«Manuel Palau ha alcanzado una maestría singular en su oficio de compositor y como orquestador.»

E. GOMÁ («Levante», Valencia, 5-3-1939).

«El maestro Palau es artista de sutil sensibilidad musical y uno de los músicos mejor pertrechados y documentados de bagaje técnico entre los compositores españoles. Toda su obra, extensa y varia, lo proclama.»

«A B C» (Sevilla, 18-12-1948).

«La producción de Manuel Palau, copiosa e importante, le ha conquistado un puesto en la música moderna internacional.»

R. SORO («Jornada», Valencia, 30-4-1951).

«La producción de Palau obedece unas veces a una estética nacionalista (española de distintas regiones o predominantemente y como es natural valenciana) y otras veces es la libre expansión del temperamento del autor eminente maestro, por tantos y distintos motivos y méritos, merecedor del calificativo.»

E. RANCH («Radio Nacional de España», en Valencia, 23-5-1954).

«Por suerte las partituras de Manuel Palau han encontrado un número relativamente muy elevado de intérpretes, lo cual llama poderosamente la atención y señala el interés suscitado por su música, dada la dificultad, realmente notable, que encuentra el compositor español para la difusión de sus obras.»

F. J. LEÓN TELLO («La obra pianística de Manuel Palau», Valencia, 1956).

«Manuel Palau era el músico español de la actual generación que mejor construía las obras.»

Maestro JARNACK (Discurso pronunciado en Santiago de Compostela).

«…Ojala Ud. nos obsequiara algún día con auto-análisis musical de la obra premiada -se refiere a “MAROR”, ópera en tres actos- para ser publicado con todos los honores debidos en nuestro “Boletín de Programas”… En todo caso, querido Maestro, sus triunfos -muy merecidos- los comparten cordialmente sus amigos y admiradores de esta casa suya, que es la Radiodifusora Nacional de Colombia … •

DARIO ACHURY VALENZUELA (Director de la Radio Nacional de Colombia, Bogotá, D. E., 23·8·66, carta personal).

«Como artista y como hombre, el maestro Palau era un alma selecta… En su conducta había siempre un esfuerzo de cariño y de sinceridad… le gustaba acabar las cosas, profundizarlas, agotarlas. Por eso había, en sus relaciones con los demás, la calma de la comprensión y la hondura de la verdad constante…»

Dr. E. RAMON LLIN («Programa de Fiestas», Alfara del Patriarca, agosto, 1967).

«…Sabe Ud. muy bien cuánto estimamos y admiramos su obra y su personalidad musical, por lo que tenerlo como colaborador en nuestras actividades artísticas supone para nosotros una verdadera satisfacción…»

PROF. MANUEL FRAGA IRIBARNE (Ministro español de lnformación y Turismo, Madrid, carta personal.)

Cronología breve

1893.- (4 de Enero).- Nace en Alfara del Patriarca, en la calle que hoy lleva su nombre.

1912.- Se gradúa en Valencia como Profesor Mercantil, carrera que no ejerció nunca como profesional.

1914.- Palau decide seguir plenamente su vocación musical.

1918.- (28 de Diciembre).- Contrae matrimonio con doña Trinidad Granell Bosch, en Moncada.

1919.- Termina brillantemente sus estudios en el Conservatorio, donde consigue siempre los primeros premios tanto en piano como en composición.

1920.- Marca este año el inicio de su actividad creadora como compositor, labor en la que obtendría más tarde un renombrado y justo prestigio, tanto en España como en el extranjero.

1927.- Obtiene por vez primera el Premio Nacional de Música, máximo galardón que se otorga en nuestro país, con la Suite en seis tiempos titulada «Gongoriana», inspirada en poemas de Luis de Góngora.

1929.- Sigue en París estudios con el gran maestro Ravel.

1943.- (19 de Junio).- Toma posesión de su cargo como Director de número del Centro de Cultura Valenciana, en cuyo acto pronuncia una conferencia bajo el tema: «La obra del músico valenciano Juan Bautista Comes».

1945.- Es distinguido por segunda vez con el Premio Nacional de Música, por el poema lírico para solos, coro y orquesta titulado «Atardecer».

1948.- Estrena en Valencia el «Concierto Dramático», para piano y orquesta, el día en que esta ciudad rotuló una calle con el nombre de su autor.

1951.- Por decreto del Ministro de Educación Nacional se le designa Director del Conservatorio de Música y Declamación de Valencia.

1967.- (18 de Febrero).- Fallece en Valencia el inolvidable Maestro Palau legando a la Historia de la música universal un largo catálogo de bellas composiciones y un floreciente plantel de jóvenes músicos.

 La obra de Manuel Palau, grabada en discos

«Coplas de mi tierra», por la Banda del Real Cuerpo de Alabarderos, en Columbia.

«Marcha burlesca», por la Orquesta Municipal de Valencia. Director José lturbi, en R. C. A. Y por la Unión de Liria.

«Homenaje a Debussy», por la Orquesta Municipal de Valencia. Director José lturbi, en R. C. A.

«Sonata para guitarra», por Narciso Yepes, en Columbia.

«Fantasía» (Guitarra), por Narciso Yepes, en Columbia.

«¡Chiquilla!», por el barítono V. Cordellat y orquesta, en Víctor

«Scherzino», por la Agrupación Vocal de Cámara. Dirección Teresa Oller, en Columbia.

«Hermosita», por la Agrupación Vocal de Cámara de Valencia. Dirección Teresa Oller, en Columbia.

Orfeón Universitario de Valencia. Director: Jesús Ribera en Discorama.

«Cançó de breçól», por la Coral Polifónica Valentina. Dirección Agustín Alamán. Solista: Carmen Martínez de Cano, en Columbia.

«Concierto Levantino», para guitarra y orquesta. Orquesta Nacional de España. Director: Odón Alonso. Solista: Narciso Yepes, en Columbia.

«Arroyuelo del camino» y «La Virgen va caminando», por Conchita Balparda y Félix Lavilla, en Columbia.

«Dulzaineros», por Rafael L. de Cid, flauta, en Hispavox.

«Sonatina Valenciana», por el pianista José Tordesillas, en Philips.

«Hermosita», por la Agrupación Vocal de Cámara. Directora: Teresa Oller, en Columbia.

Orfeón Universitario de Valencia. Director: Jesús Ribera en Discorama.

«Preludio a Valencia», «Preludio a Córdoba», «Preludio a Castilla», «Paisaje Balear», «Evocación de Andalucía» y «Danza Ibérica», por Margot Pinter, al piano, en disco Telefunken.

Honores, Condecoraciones y Premios

Don Manuel Palau, galardonado dos veces con el Premio Nacional de Música (1927 y 1945), fue Director y Catedrático de Composición en el Conservatorio de Valencia; Director de Número del Centro de Cultura Valenciana, Director del Instituto Valenciano de Musicología; Académico “C” de la Real de Bellas Artes de San Fernando de Madrid; perteneció al Consejo Nacional de la Música; le fue otorgada, entre otras muchas condecoraciones, la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio. Empuñó la batuta para dirigir a las más prestigiosas Bandas y Orquestas de nuestro país, así como muchas extranjeras. Durante su vida se le tributaron numerosos homenajes (muchas críticas de prensa, como muestran algunas de las recopiladas, lo son por sí mismas, así como muchos discursos de colegas suyos) no sólo de Valencia, si o en otras ciudades españolas, sobre todo en poblaciones de nuestra tierra -región, provincia, comarca-, donde son muchas las plazas y calles rotuladas con su nombre y donde se le concedieron innumerables títulos de “Hijo Adoptivo”.

DESDE EL PRINCIPIO, Alfara valoró siempre, la primera, la valía del Maestro

Imagen de 1928: primer homenaje que se le tributaba al Maestro. En el centro (casi irreconocibles), don Manuel y autoridades en el momento de ser descubierto el rótulo de la calle que lleva su nombre.

El día 4 de enero de 1893, a las siete de la mañana, vio la luz primera en la entonces denominada calle del Pou, don Manuel Palau Boix. Días después fue bautizado cristianamente en nuestra Iglesia Parroquial de San Bartolomé Apóstol, siendo sus padrinos don Matías Casaña Moliner y doña Carolina Palau Bailach.

Acude a la escuela donde aprende sus primeras letras y, ya entonces, se destaca entre sus compañeros, quienes le profesaban gran aprecio por su dulce carácter.

En sus primeros años mozos sus padres deciden que inicie estudios superiores, orientándolo para que cursara la carrera de profesor mercantil, ya que ellos estaban dedicados al comercio. Él no se sentía inclinado por esta especialidad, pero era tanta su bondad que no se atrevía a contrariarlos.

A la vez que estudiaba las materias propias del profesorado mercantil, iba formándose por su cuenta musicalmente, hasta que su vocación se apoderó de él y de sus padres y siguió su camino.

Mientras tanto, convivía con el pueblo; con los jóvenes participaba activamente en todas las demostraciones de cultura y arte, que en muchas ocasiones promovía.

Conocía todos los rincones del pueblo: su huerta, su industria; paseaba por los campos, charlaba con los labradores, a quienes conocía perfectamente. y pensaba… perfeccionando su alma de artista.

De todos, desde sus primeros años, era conocida su inclinación musical y su valía; a menudo se le invitaba a tocar el acordeón, que lo tenía en gran aprecio, la guitarra y el piano, en reuniones donde era la admiración, cuando él ya poseía una formación musical, a la vez que dominaba otros instrumentos.

Convocado el concurso nacional para las «Gongorianas», acude don Manuel, ¡y cuál sería la sorpresa al conseguir el Premio Nacional! El mundo musical empieza a preocuparse de quien ya era un gran músico con técnica que hoy admiran todos, con una capacidad creadora capaz de superar a cualquier compositor, pues además poseía vastísima cultura.

Su pueblo natal, sus paisanos, que ya habían captado su valer presente y adivinaban un futuro lleno de éxitos, no quisieron que se cumpliera el refrán de “Nadie es profeta…”. Y le dedicaron el primer gran homenaje de su vida, convirtiendo la calle del Pou, donde naciera, en la del Maestro Palau. Esto tuvo lugar el 27 de mayo de 1928, o sea, dos meses después de su primer triunfo. Ocuparon puestos destacados sus padres, don Manuel Palau y doña Antonia Boix.

Diez, veinte, treinta años después habrían de reconocer sus múltiples méritos y virtudes, que le hicieron acreedor de homenajes, tanto nacionales como extranjeros, de los que nos sentimos orgullosos y contentos.

(Selección de párrafos de la crónica biográfica-necrológica que nuestro corresponsal publicó en «LEVANTE», en fecha 21 de Febrero de 1967, bajo el título: «LUTO POR LA MUERTE DEL MAESTRO PALAU EN ALFARA DEL PATRIARCA»).

PALAU

Et recorde. No oblide
res de res. Et recorde.
Torne a escriure, Palau.

No estàs ací. No tinc
el teu consell, la teua
paraula aclaridora.
Em queda el teu exemple
de llum, esforç, metàl·lica
claredat combatuda,
treballada, sotmesa,
organitzada, feta
obra, vida, diàleg.
I t’escric. Em mossegue
la ràbia. Però escric.

Tranquil·lament voldria
evocar-te. Parlar
amenament de tu,
dir anècdotes, traure
alguna carta teua.
Però jo no et podré
evocar mai en calma.
El teu treball, les teues
il·lusions de treball…
Et recorde. No oblide
res de res.

VICENT ANDRÉS ESTELLÉS

Títol Textos sobre el Mestre Manuel Palau.
Fonts Programa de fiestas 1960, pp. 9 i 10.

Programa de fiestas 1962, sense numeració.

Programa de fiestas 1963, sense numeració.

Programa de fiestas 1967, sense numeració.

Programa de fiestas 1968, sense numeració.

Etiquetes Programes de festes, cultura, Manuel Palau
Data de publicació Dimecres 9 de juny de 2021

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