Títol Anarquisme i col·lectivitzacions a Alfara i comarca durant la Guerra Civil
Bibliografia Ronald Fraser (1975), «Entrevista amb Rafael Esteban». Col·lecció Ronald Fraser de Testimonis Orals de la Guerra Civil espanyola, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona
Temàtiques Guerra, documents, història
Data de publicació en Alfarapèdia Dilluns 29 de juliol de 2024

Ronald Fraser (Hamburg 1930 – València 2012) fou un historiador especialitzat en història d’Espanya —Guerra Civil i Guerra de la Independència—, pioner en l’àmbit de la història oral. Entre el seu treball podem trobar el clàssic Recuérdalo tú y recuérdalo a otros (1979) escrit a partir de prop de tres-centes entrevistes a testimonis de la guerra que feu entre 1973 i 1975.

Rafael Esteban. Arxiu Gaston Leval. Font: https://www.levante-emv.com/horta/2023/04/14/guanyar-guerra-o-fer-revolucio-85951144.html

Entre estes entrevistes ens interessa destacar la que feu a Rafael Esteban, pareix que amb dos germans d’este, a París el dimecres 30 d’abril de 1975. Rafael Esteban, conegut en Alfara com “el Xurro”, nasqué en 1905 a Villarquemado (Terol), fou secretari del Comité Comarcal de la CNT (instal·lat a Montcada), i va liderar els canvis revolucionaris viscuts en el nostre poble i comarca arrel de l’alçament militar de 1936.

La «Col·lecció Ronald Fraser de Testimonis Orals de la Guerra Civil espanyola» està dipositada a l’Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona.

Disposem de la transcripció feta en l’època, que hem respectat escrupolosament —tret d’alguna mínima correcció—, amb apunts del transcriptor en català.

En l’entrevista amb Fraser, “el Xurro” fa un relat dels fets ocorreguts a Alfara, incloent els fets d’armes al campanar de l’església, amb enfrontaments entre comunistes i les milícies anarquistes. Fa un repàs molt detallat també a les col·lectivitzacions dels mitjans de producció (la terra i la indústria), i de moltes altres qüestions que anirà descobrint el lector o lectora.

No cal dir que esta entrevista és una joia per a la gent d’Alfara, Montcada i rodalies, i també per a la comprensió de la rereguarda en el moment de la Guerra Civil. És important per aclarir esdeveniments que s’han instal·lat en la memòria col·lectiva deformats per les dècades passades i per la falta de testimonis directes.

Anvers i revers de moneda impresa per al mercat d’Alfara. Col·lecció Vicent Palau.

Rafael Esteban. València, CNT

Entrevista amb Rafael Esteban, París, 30-IV-1975

R.- Yo hablo del pueblo donde estaba, al lado de València, ¿no es eso? Pues bien.

P.- ¿Usted qué hacía en aquel pueblo durante la guerra?

R.- Entonces yo era fumigador de naranjos, campesino, un trabajador del campo, ya me he echado (diu a algú), eh, con una especialidad que era la pulverización de los naranjos, no.

P.- ¿Pero jornalero es su oficio?

R.- Sí, sí, sí, sí, sí, sí, jornalero.

P.- De la CNT, por cierto, ¿no?

R.- Sí, sí, siempre de la, desde que, eh, mi comencé en la vida a comprender las cosas de la vida, yo siempre estuve ahí, es lo único que me satisfacía.

P.- ¿Tenía usted, en aquel entonces, un cargo en la CNT?

R.- Pues sí, yo era secretario de una comarca que estábamos diez pueblos… un centro comarcal, no sé si sabrá usted que hay una cantidad de pueblos alrededor y en el pueblo más importante y donde mejores comunicaciones que hay, poníamos el Comité Comarcal. Ésta era nuestra fuerza y nuestra protección porque…

R2.- Uy, que lo has hecho fuerte.

R.- Todos respondíamos a todo.

P.- ¿Cuál era el pueblo?

R.- Montcada, que estaba tocando al que yo estaba que era Alfara, tocando casi a Montcada.

P.- Sí, sí, ¿y en la comarca la CNT dominaba o había…?

R.- De las fuerzas sociales sí, dominaba la CNT. Pero es que desde el día mismo, o sea a los ocho días de estallar el movimiento ya se hizo un bloque la CNT y la UGT que había.

P.- ¿Cómo se explica que en Levante fue posible hacer aquel bloque, que no se pudo hacer en otras regiones de España tan fácilmente o incluso no, no?

R.- Sí, se hizo en todas.

P.- Sí, pero cómo. No, no, no se hizo en Catalunya jamás.

R.- Ah, Catalunya es una excepción en toda la regla de lo que vamos a hablar(somriu).Yo le digo que se hizo en todas, por la sencilla razón que lo que contaba era Andalucía, que teníamos muy poco de Andalucía y tampoco se hizo mucho, pero en Aragón, en Castilla y en Levante, que es València, se hizo eso porque el Comité Nacional de la CNT y el Comité Nacional de la UGT hicieron una alianza oficial y si alguna reticencia podía haber, en la UGT, de venir hacia nosotros, con aquello quedó disipada.

P.- No es mi impresión, de los testimonios que tengo, de Aragón, pero no importa porque en València, en Levante sí que es cierto que se hizo.

R.- Le digo que en nuestras colectividades había unas minorías muy respetables de la UGT, en Levante, muy respetables.

P.- Sí, eran colectividades.

R.- Mixtas.

P.- Mixtas.

R.- Mixtas, sí.

P.- Ahora bien, ¿cuándo es y cómo es que se empieza a colectivizar en su comarca?

R.- La cuestión… fue una explosión expono, espontánea. Nosotros hacía mucho tiempo, muchos años que llevábamos en la cabeza la expropiación de los grandes propietarios, esa expropiación de los grandes propietarios , que en algunos pueblos como en Alcira, donde era la UGT mayoritaria, se repartieron las tierras entre los campesinos, nosotros comprendimos que era un atraso enorme, sino al contrario, era juntarlas; estas dos interpretaciones se combatieron un poco, pero sólo en algunos pueblos y yo le pongo Alcira como uno de los ejemplos más importantes… no obstante en Alcira mismo esas minorías que teníamos nosotros, de la CNT, en vez de partirlas las juntaron las que les tocaron del reparto de las grandes propiedades y cuando habían pasado unos cuantos tiempos y por la guerra tenían que marchar y marchar y marchar los jóvenes, terminaban con que los que los habían partido se les habían ido los hombres a la guerra y no podían llevarlas adelante. Y los otros en conjunto, familiarmente, las llevaron siempre, habiendo la misma proporción numérica, está claro, ¿no?

Eso, pero, ocurrieron en casos como éste que le digo yo, Alcira, que hablando de los socialistas era más importante Alcira que València misma.

P.- Ahí tenían más fuerza, ¿no?

R.- Sí, en los demás pueblos le puedo presentar ya muy pocos casos porque luego resulta que algunos que se colectivizaron más tarde, ésos lo hicieron muy pronto, algunos que lo hicieron más tarde ya eran ayudados, no solamente por el Comité Regional de Campesinos, sino por las colectividades que había a su lado que eran más fuertes que ellos.

Otra de las cosas que tampoco la gente ha profundizado mucho en ese sentido humano… l1e voy a poner un ejemplo. Habiendo ido Pepe Juan, que tú te acuerdas de él.

R2.- Sí.

R.- Y yo una vez a un pueblo que le llaman Polinyà del Júcar, muy cerca de Sueca, y este que venía conmigo era entonces el secretario de la comarcal de Sueca. Este pueblo de Polinyá era un pueblo, era una colectividad fuerte, de unas 250 familias pero de gente fuerte, bien, bien organizada, no muy intelectuales pero con mucho corazón. Y en aquellos días en que estuvimos nosotros allí se habían hecho de dos pueblecitos, que aquí llaman a Mos, pequeño, se habían juntado también la UGT y la CNT, pues no podían vivir de otra manera, pero no tenía ni medios para desarrollarse ni desenvolverse. Hablaron con los de Polinyà y los de Polinyà les dijeron: “Nlo es menester que vayáis a que os ayuden en el Comité Regional, todo lo que necesitéis os lo damos”. Bueno. Nosotros dimos un mitin allí una noche, luego, al terminar, nos quedamos con toda la directiva discutiendo y demás y no enseñan un libro de cuentas de todas las cosas que ellos les habían dado a sus compañeros de los dos pueblecitos que había al lado y, claro, yo para ver hasta dónde llegaban ellos, si habían comprendido lo que llevábamos adelante, les dije, digo: “Pero si ellos son pobres, esto no os lo podrán pagar nunca”. La reacción de ellos inmediatamente hacia mí, dicen: “¡Si nosotros no queremos que nos lo paguen nunca! Nosotros es que llevamos nuestras cuentas claras para saber cómo marchamos, lo que queremos es que no tengamos necesidad nunca de que nos lo paguen y que podamos ayudarles más”. Voilà, ahí tiene usted un ejemplo de un pueblo que era sólo CNT y aquellos dos pequeñitos eran CNT y UGT, pero ellos llevaban las cuentes pera saberlas, no para que les pagaran, ¿me ha comprendido bien?

P.- Ahora bien, vamos a ver, porque hay que hablar de la repartición de la tierra en Levante porque es una región donde hay muchos pequeños propietarios, ¿no?

R.- Oui.

P.- Los grandes propietarios son más bien la excepción.

R.- Oui.

P.- Ahora bien, en su comarca, donde usted primero tiene la experiencia, ¿cómo está repartida la tierra?

R.- Pues muchos pequeños propietarios y algunas haciendas muy grandes, de señores, pocas.

P.- ¿De qué extensión serían las grandes propiedades?

R.- Oh, no sé cómo podríamos hablar porque en aquel término y en el de Montcada y en el de Bétera estaba la granja de Moroder, que tenía más extensión de tierras que un término municipal entero.

P.- ¿Y esto cuántas hectáreas haría aproximadamente?

R.- Pues, eh, no creo que me equivocaré mucho si le digo que tendría alrededor de 300 a 1.000 hectáreas, allí en el corazón de la huerta, eso supone mucho.

P.- ¿En la misma huerta, no?

R.- Oui.

P.- ¿Con naranjos, no?

R.- Sí, porque lo que no había sido huerta, luego sacaron más aguas y lo hizo huerta él también, ¿me comprende ahora?

P.- O sea que no era monte.

R.- Ah, no, no, no, y claro, eso son fincas que con muy pocas hectáreas de terreno dan mucha comida, por eso se sostuvo la guerra, porque la guerra la sostuvo València.

P.- Ahora bien ¿los pequeños propietarios, antes de la guerra, en su mayoría estaban afiliados a un sindicato o no?

R.- Generalmente había unas minorías muy fuertes y muy interesantes de pequeños propietarios en la CNT, ése es el fermento que hizo luego venir lo demás, ¿me comprende?, y que en todas las colectividades que se hicieron con una minoría muy importante de pequeños propietarios, marcharon aún mucho mejor que las que fueron solamente obreros.

P.- Si se puede decir un promedio, ¿cuántos, por ejemplo, en su comarca cuántos jornaleros había como porcentaje de pequeños propietarios, jornaleros quiero decir sin tierra?

R.- Sin nada de tierra estábamos muy pocos, yo que no era de allí porque yo había venido de Aragón, había quien tenía lo que llamaban 4 hanegadas, 5 hanegadas, alguna cosa de ésas, que era jornalero continuamente y los demás días o a ratos se iba haciendo lo poco que él tenía, ¿me entiende? Ahora, entre ellos los había que vivían solamente de lo suyo, aunque si tú quieres un poco apurados, pero de todos éstos que habían vivido siempre de lo suyo, con el carro, el caballo, la vaca en casa y toda esta serie de cosas, todos éstos, cuando llegaron luego a las colectividades eran los mejores administradores que había para que los demás fueran un poco más rectos en los asuntos de administraR.-

P.- Porque tenían la experiencia de administraR.-

R.- Bueno, vale, vale.

P.- ¿Diría usted que la mayoría en su comarca, por ejemplo, eran pequeños propietarios que podían vivir de sus tierras?

R.- Vivir de sus tierras le pondríamos el 10 o el 12 por ciento.

P.- Nada más, ¿no?

R.- Nada más, los demás eran jornaleros.

P.- Que tenían un poco.

R.- Ah, al 80 por ciento de su vida y un 20 por ciento de trabajos de ellos.

P.- ¿Y su comarca qué producía mayormente?

R.- Eh, eh, lo más fuerte patatas, naranjas y luego lo demás, todo lo que lleva consigo la agricultura. No había monocultura, eh, una pluricultura porque estaba en el corazón mismo de la huerta de València.

P.- Sí, sí.

R.- Sí.

P.- Sí. Ahora bien, ¿cuánio es que se forma la primera colectividad en su comarca y cómo se forma?

R.- En el pueblo donde yo soy, exclusivamente, que creo que es el primer pueblo de todos que se colectivizó entero y que, eh, se dio en llamar la gente comunismo libertario… desde allí de donde, después de haber colectivizado todo el pueblo y tener un poco la locura de cambiar la moneda, porque allí cambiamos toda la moneda.

P.- ¿Cómo cambiar, se suprimió, no?

R2.- Sí, sí, claro.

P.- Se suprimió.

R.- Por cierto, por cartoncitos marcados, ¿no?

P.- Sí, sí.

R.- De lo que representaban. Tú aún te acordarás de eso. Luego resulta que para hacer el abastecimiento, que nosotros hicimos un abastecimiento familiar, no por cabezas de familia, luego a todo esto de las alocaciones ya nos habíamos nosotros adelantado, ¿me entiende? Para hacer toda esta serie de cosas había allí un comandante de aviación, que se encontraba entonces en el pueblo, que era comandante de intendencia, era fascista, este hombre vino enseguida, cuando organizamos el comité, a hablar conmigo diciendo que se ponía a nuestra disposición (sonriu), claro, los tiempos no eran muy buenos para hacer el chulo y que me dijo lo que más conocía él en el asunto de abastecimiento y demás era una cosa que había pasado la vida estudiándolos y es con éste con quien me valgo, después de haberle tirado a tierra bastantes proyectos de lo que hizo para el abastecimiento familiar, llegamos a una conclusión de estar de acuerdo los dos, donde con arreglo al número luego se bajaba un poquito en pasando de tres o cuatro por cada uno más de los que tenían que comer, en fin, un hombre que conocía la intendencia, era comandante de intendencia. Y luego resulta que aquello a multicopista pues serían dos o tres o cuatro mil ejemplares que se lo llevarían lo menos 400 pueblos de Levante y sirvió de base casi en todos los pueblos, el mismo sistema.

P.- ¿Pero solamente para el abastecimiento o para la colectividad también?

R.- Para el abastecimiento, ¿eh?

R2.- Te ha preguntado por la formación de la colectividad.

P.- Sí, ¿cuándo fue que se formó?

R.- Eso que yo le digo a usted empezó a los ocho o diez días del movimiento y al mismo tiempo que esto se hizo ya en el abastecimiento, en los demás pueblos las colectividades iban saliendo todas igual, como por arte de magia, llamémosle. Luego.

P.- No hay arte de magia en la historia, hay iniciativas o hay personas que…

R.- Eso es lo que le digo, yo le digo como por arte de magia, con un caso comparativo, porque en cada pueblo tenían los mismos sentimientos que nosotros, ¿me entiende?, así que el pueblo que estaba yo no es que sirvió de director a los demás, es que luego el trabajo grande que vino fue el coordinar de unas con otras las colectividades.

R2.- Y el trabajo.

R.- Porque…

P.- Vamos a estudiar primero la colectividad suya porque es una cosa que me interesa y que usted sabe de primera mano, ¿no? Cuando se forma la colectividad ¿quién y cuáles son las tierras que se colectivizan primero y quiénes entran en la colectividad?

R2.- Claro.

R.- AllÍ en la colectividad entra también la UGT, que era muy pequeñita, con la CNT. El primer fondo de tierras que hay son una tercera parte de las tierras de Moroder, que le he dicho anteriormente, las tierras de la fábrica de harinas, que allí le llaman El Molino y otra hacienda más no muy grande que los propietarios se habían escapado y la habían abandanado, nos incautamos de todo.

P.- ¿Por qué sólo una tercera parte de aquella finca tan grande?

R.- Porque pertenecía la finca a tres pueblos, Bétera, Montcada y Alfara y tuvimos que llegar a una entente con los otros, como Suiza tiene varios cantones, pues cada uno cortamos el cantón que tocaba a nuestros término municipales, de ahí vino el que no fuéramos uno a plumarnos la finca entera y los otros no lo tuvieran, puesto que los trabajadores que había habido allí siempre eran también de los tres pueblos, ¿comprendido? Luego, yo no sé qué más puedo decirle.

P.- Bueno, ¿quiénes tienen que trabajar?

R2.- En el trabajo.

P.- ¿Quiénes son colectivizados primero, quiénes van a trabajar aquellas tierras que se han incautado?

R.- Todos los campesinos en conjunto porque el sindicato de campesinos forma un consejo y este consejo lleva la distribución, luego por grupos, de trabajar todas las tierras que pertenecen al sindicato.

R2.- Sí.

P.- Pero vamos a ver, ¿hay jornaleros y hay pequeños propietarios?

R.- No, no, ah, bueno, sí hay de todo, pero cuando ya están allí, ¿eh?, son todos colectivistas. En el pueblo que yo soy fueron todos colectivistas.

P.- ¿Pero se colectivizaron las tierras de los pequeños?

R.- Las de ellos también se adjuntaron a esas haciendas que decía yo.

P.- ¿Todas las tierras de los pequeños?

R.- Todas, en ese pueblo todas. Ahora, hubo en otros pueblos que pequeños propietarios no quisieron entrar en la colectividad y uno de ellos es Bétera, que está allí tocando, y no es que no eran compañeros, que habían sido toda la vida, pero querían su independencia y su libertad; tampoco es el orden económico el que a ellos les guiaba, puesto que ponían todo a disposición de todos, lo mismo. Es de ahí que vino el tener que hacer los consejos locales de economía, como le digo a usted.

P.- Pero, primero, para quedarnos en su colectividad, me imagino que no todos los pequeños propietarios querían de verdad entrar en una colectividad, sería muy anormal que todo el mundo piense exactamente igual en un momento determinado, ¿no?

R.- Comprendo la pregunta que usted me hace y la confirmo de que tiene usted razón, lo que le digo es que cuando llegan esos momentos, que usted no los ha pasado y yo sí, no hay nadie que sea enemigo… si es enemigo no se atreve a exponerlo, de ahí viene que yo le he dicho a lo primero que, debido a nuestra conducta y a nuestra pasión, tuvimos aquella fuerza de arrastre que se vino con nosotros, que muchos no estarían contentos, yo no lo pongo en duda porque conozco un poco la sicología, ¿no?, también, pero que no protestaron, que nunca fueron los más malos aquellos que no eran los más buenos.

R2.- (somriu).

P.- Sí, sí, bueno. ¿Entonces todos se ponen de acuerdo de colectivizar todas las tierras de la…

R.- No están todas, ¿eh?

P.- ¿No están todas?

R-.No.

P.- Ah, ¿cuántas no están?

R.- En el pueblo que yo digo se puede decir que están todas, pero le puedo contar de estos pueblos que había muy pocos así.

P.- Ah, ya, pero hablamos de su pueblo primero, ¿no?

R.- En el pueblo que yo soy, allí se hizo un sindicato de campesinos, como había otro de albañiles, como había otro de la madera, como… ah, en fin, 4, 5 o 6 sindicatos que cada uno se encargaba de todas las necesidades que había en el pueblo de hacerlas. Más luego había un consejo sindical que en toda la parte económica, porque lo mismo que en las fábricas de ladrillos, que había muchas en aquel pueblo, había muchos ladrilleros, también estaban socializadas y quiero decir que en este consejo sindical es donde se le llamaba el consejo de economía del pueblo y que las tierras, es de ahí de donde vino que algunos pequeños propietarios, con cierta influencia en nuestros medios y que ellos protestaban personalmente la colectividad para ellos, es lo que hubo que hacer los consejos locales de economía para toda la región, teniendo ellos el mismo derecho trabajando en cooperativa, que los que estaban en la colectividad trabajando colectivamente.

P.- Esto pasó en su pueblo, ¿no?

R.- Esto pasó en la región de Levante.

P.- En la región, pero no en su pueblo.

R.- En mi pueblo pasó lo mismo.

P.- ¿Qué había?

R.- Allí no hubo, porque allí no hubo cooperativa, allí se hizo todo colectividad.

R2.- Bueno, es lo que te pregunta.

P.- Pero la pregunte es la siguiente: si había gente que había entrado en la colectividad al principio por razones, las razones que fueran…

R.- Sí.

P.- …y que después querían salir y formar una cooperativa y no una colectividad.

R.- Eso se hizo después de los primeros ataques que hubo de las fuerzas comunistas hacia nosotros, cuando rompieron el consejo municipal y entonces ya aquello, aquello desorganizado de esa manera y quedó solamente en la CNT las tierras incautadas y los pequeños propietarios que eran de la CNT. Los otros, al romperse ese consejo colectivo, se hicieron individualistas, allí en el pueblo, ¿me entiende?, pero esto pasó cuando aquellos choques que hubo, a lo primero, ¿eh?, hasta ese tiempo nadie protestó, luego aprovecharon los descontentos, nadie los reprimió para nada.

P.- No, ahora bien, ¿cómo se trabaja las tierras en la colectividad, como todas las tierras están colectivizadas, se hacen sectores, como se hacían en pueblos de Aragón, por ejemplo, y había grupos de trabajo que iban a un sector cada día, trabajaban su sector o cómo?

R.- Generalmente cada pueblo tenía su manera de trabajar este asunto porque por grupos y especialidades inclusive, según la clase de cultivos que se hacían, se hacían grupos y había un responsable del grupo, que lo nombraba el grupo mismo, uno de los de ellos y éste estaba en contacto si no todas las noches, por lo menos dos o tres veces por semana con el consejo general del sindicato, que todo lo administraba. Lo demás, de todo el término municipal que había, cada sector pues había un responsable de aquello, elegido por los mismos que con él trabajaban, luego en el consejo general se concentraba todo, lo mismo producciones que plantaciones que recolecciones, lo que había, esto ya era todo en, eh, la localidad, en, eh, en el consejo, pero para trabajar todas las tierras que había pues había grupos determinados para ciertas zonas.

P.- Que siempre trabajaban las mismas zonas, ¿no?

R.- Casi siempre en las mismas zonas, excepto, pongamos por caso, la especialidad de podar naranjos, que eso ya son grupos especialistas que han acabado en este lado y tienen que empezar a otro; pero lo demás, cultivos ordinarios de las tierras, siempre estaban, como aquel que dice, los mismos grupos encargaos de las mismas tierras y muchas veces en las plantaciones de patatas o cogidas de otras cosas que venían en gran volumen, pues otros grupos de otras zonas que no estaban apurados iban a ayudarles a aquellos, quiero decir que no había una división tajante pera nada, eso era una cosa ordinaria de trabajo y de responsabilidad personal del grupo que lo llevaba, pero según necesidades que se encontraban, ¿en?, pues el uno ayudaba al otro.

P.- Los grupos iban por calles, tal vez, o…

R.- ¿Cómo?

P.- ¿Los grupos iban por grupos de vecinos de calles, o…?

R.- No, yo le voy a decir que nosotros que hemos tenido nuestras quimeras, si quimeras se les puede llamar, ideológicas, hemos tenido siempre un cuidado de elegir los grupos por razones de afinidad… en esos mismos grupos marchan mejor los que son más amigos que cuando entre ellos hay alguno que no es amigo de los otros y esos mismos grupos se nombraban ellos mismos en el sindicato. Esas razones de afinidad facilitaban muchas cosas, haber menos roces. Esto es lo general que prevaleció.

P.- ¿Se suprime el dinero desde el primer día de la colectividad?

R.- ¿Cómo?

P.- ¿Se suprime el dinero desde el primer día de la colectividad?

R.- Si, allí sí, aunque luego cuando el ejército nos invadió y demás se metió otra vez el dinero.

P.- Sí, ¿pero hasta aquel momento?

R.- Sí, unos cuatro meses.

P.- Se hace vales, ¿no?

Re.

R.- Ah, sí, hasta que yo fui a la cárcel.

P.- Sí, ¿ahora bien, todos los productos van al montón?

R.- Absolutamente todos.

P.- Todos, ¿no?

R.- Hay un consejo municipal que hace de ayuntamiento, pero que toda la parte económica de todo lo que hay en la población lo lleva la Federación Local de Sindicatos. La cosa de la vivienda, la cosa de la administración del pueblo y demás la hace el consejo municipal, pero toda la parte económica de todo lo que lleva e incluso la distribución la hace el consejo económico local.

P.- ¿Y cómo se calcula exactamente lo que cada familia va a recibir como comestibles, como comida?

R.- Pues ahí se ponía, primero, los cabezas de familia con arreglo a los medios de que disponíamos en el momento actual y cuando tenían un hijo pues si tenían el 5… o el 20 por ciento encima y si tenían dos se rebajaba en vez del 25 al 20 y si tenían tres se solía quitar un 3 o un 4 por ciento. Esto, que eran mis ideas y que yo no sabía hacerlas, lo digo sin ninguna vanidad, esto el comandante, como le digo a usted, que se rompió los cuernos haciendo números, llegó a lo que yo llevaba en mi cerebro y en mi pensamiento y había familias que eran seis, siete u ocho y había pues una distribución proporcional, con arreglo a lo que habíamos hecho, para eso; luego, toda esta serie de cosas cuando nosotros habíamos tomado este acuerdo, se hacían asambleas grandes, siempre al aire libre, por regla general, porque no cabíamos en ningún local del pueblo y se exponía al pueblo lo que había y el pueblo algunas veces modificaba algo, pocas veces, pero hubo algunas veces que modificaba algo y hubo que tener en cuenta siempre la voz popular para modificarlo. Este fue el asunto como lo llevamos.

P.- ¿Hubo una asamblea general del pueblo cuando se creó la colectividad, para ponerse de acuerdo?

R.- Naturalmente.

P-Sí, ¿no?

R.- La primera en la plaza, dando un mitin desde un camión por mí mismo. Y ocho días más tarde, cuando se consolidó todo lo que yo había expuesto en la plaza, es en una asamblea en un local que había grande, que hubo que poner un altavoz a la puerta porque no podía entrar tanta gente como había.

P.- ¿Qué es lo que usted expone en su primer discurso para convencer a la gente que hay que ir a la colectividad?

R.- Le voy a decir que en aquellos momentos… lo que más tenía el pueblo era un miedo loco de los grupos que salían de algunos pueblos y en particular de València, no sólo quemado las iglesias sino haciendo algunas cosas desagradables.

P.- Matando gente, ¿no?

R.- Algunas veces y algunos arreglos de cuentas, como hacen aquí los grupos estos de mala vida, pues, eh, llegaron a ocasionaR.- Y, claro, yo es la primera proposición, para que todos nos hagamos solidarios y el que deba alguna cosa será la justicia quien se encargue de ello, debemos de juntarnos todos como una gran familia, este principio fue aceptado apenas yo había hablado. Luego de ahí ya vienes decalando y estudiando la forma en que lo tienes que hacer, porque allí no carecíamos de compañeros, no con muchas letras, hoy hay más letras en España pero me parece que hay menos civismo. Quiero decir que en todas las ramas de la producción de los sindicatos, que había ya establecidos y que luego se reforzaron, en todos había grandes idealistas, por lo menos con grandes sentimientos. Partiendo de ese principio de hacer una comuna, una familia y que solamente aquellos que hubieran cometido alguna falta grave serían entregados a las autoridades, no hizo falta más para que aquel pueblo acogiera, todo entero, el ser por una vez, como ellos decían, todos hermanos y no estar en riña permanente. La primera base fue esa. La segunda luego la estudiamos en el comité para ir poniendo un articulado muy reducido, escasamente de ocho o diez puntos.

Después todo aquello, ocho días más tarde, como le decía yo, fue expuesto en la asamblea que tuvimos en el café, que estaba llena toda la calle y el café, pues no cabía tanta gente y todo fue aprobado.

Entonces me nombraron a mí administrador general de la colectividad, en esa misma asamblea, y yo les dije que aceptaba a condición de que me dejaran a mí nombrar el consejo económico del pueblo… Me dieron libertad para ello y yo puse seis burgueses, los más fuertes que había en el pueblo y entre ellos el médico, que era un caradura, un correveidile, muy buena persona, muy honrado, noble, pero un católico grande también y los otros pues propietarios. Bueno, usted puede decirme: “¿Y con qué idea?”. Yo se lo diré.

Yo presidía el comité y el comité haría siempre lo que yo quería, pero cuando hacía falta dinero, que muchas veces hacía falta, era ese consejo el que se encargaba de traérnoslo porque ellos lo tenían y nunca se han atrevido a decir después ave se les habíamos robado (somriu).

P.- Sí, sí.

R.- ¿Usted me comprende?, es un arma, si quieres, de dos filos, es un truco, pero muchas veces yo al secretario, que también era un secretario administrativo de El Molino, que le he dicho, de la fábrica de harinas, yo se lo decía: “Bueno, según los sindicatos para tal día nos hacen falta 25, 50 o 60 mil pesetas, así que, eh, dese usted prisa porque para tal día las necesitan”, nunca le pregunté ni a quién se las pedía ni a quién se las sacaba, en la reunión que habíamos quedado el secretario, que era también otro burgués, llamémosle así, por lo menos en el cerebro si no en el dinero, aquél tenía el dinero allí.

Como ya se hablaba entonces, por aquellos pueblos enseguida se comenzó a hablar de que les habían robado, de que se le habían llevado una cartilla del banco, de que tal y cual, a mí me se ocurrió que esa palabra sonaba fea aunque teníamos derecho a habérseles quitado todo, lo habíamos criado todo nosotros, pero era mejor sacárseles de la otra manera, que fueran ellos que los sacaban, el resultado era el mismo pero era un poco más dulce, ¿me entiende?

P.- Ellos no podían quejarse tanto.

R.- Voilá, así se marchó aquello pa alante.

P.- Algunas preguntas más sobre la colectividad. ¿Para qué servían los vales si todo se podía recoger del montón?

R.- No, es que dejemos lo del montón de Kropotkin, que también hubo pueblos que lo tuvieron. Es que contando los vales se compraba con ellos lo mismo que con moneda, porque el mercado que hicimos fue la iglesia, querían haber quemado la iglesia porque la quemaban en otras partes y otros dos compañeros y yo fuimos allí y nos opusimos, que no, era el mejor local que había en el pueblo, era muy grande, bueno, y nos respetaron y por eso no se quemó y entonces nos vino de primera el mercado ponerlo en la iglesia, en cada altar que había habido un santo pues había una tienda con (somriu).

P.- Estupendo.

R.- Determinado género diferente, tú, ¿usted me entiende?, y luego pues estaban allí los delegados necesarios que había para la recogida de vales, de que todo el mundo con vales había pagado la carne y el pan y la leche, ¿eh?, y lo que necesitaba… hubo otra cosa en la cual fracasamos.

P.- Perdone, una pregunta sobre esto.

R.- Sí, sí.

P.- ¿El vale tenía como, por ejemplo, una denominación nominal, no?, de tantas pesetas, me imagino, ¿no?

R.- Sí, sí, todos.

P.- Con esto uno podía ir a cualquier puesto del mercado y comprar lo que necesitaba, ¿no?

R.- Efectivamente, así es.

P.- Bueno, ¿y cómo pagaban ustedes los vales entonces, cómo calculaban el rendimiento del labor para darle un vale, comprende?

R.- Con arreglo a los precios que tenían entonces las subsistencias que teníamos en el pueblo, le dábamos un valor aproximado al vale de las pesetas, si con 4 pesetas se compra un kilo de carne, pues la hacíamos un vale de 4 pesetas, generalmente hacíamos cuatro de a peseta. La interrupción no fue muy grande en aquello, había vales de 100 pesetas, como había de 25 y de 50, ¿entiende?

P.- Sí.

R.- Quiero decir que todo eso era nominativo, estaba guardando la relación de, con arreglo a como seguíamos de antes la misma marcha de comprar con dinero, cada uno con los vales en la mano también sabía el dinero que tenía.

P.- Sí, pero la pregunta es: ¿cómo pagaban ustedes, porque pagaban como un jornal entonces, no? Cada trabajador recibía tantas pesetas en vales todos los días o todas las semanas, ¿no?

R.- Cuando le digo a usted que lo hicimos todo en conjunto, todos los jornales eran igual, el del presidente, que era yo, como el del último pastor que guardaba las ovejas. Se hizo el salario familiar y en un momento está todo explicado.

P.- Ya, ya, ¿pero cuánto tiempo duró el montón, poco tiempo, no?

R.- Unos 4 meses, hasta que hubo la… una sublevación, llamémosle, pero no de allí del pueblo sino que las brigadas comunistas comenzaron a atacarnos en Gandía, que usted ya lo habrá sabido, después en Cullera, después en Vinalesa y Alfara, que es el pueblo que yo estaba, y luego ya se subieron hasta los Sucesos de Mayo que culminaron en Barcelona, de todo esto debe usted de conocerlo algo.

P.- Sí, sí, sí, yo quiero…

R.- Es entonces cuando se aprovechó aquel asunto y es entonces cuando al haber deshecho la colectividad total de Alfara, donde estaba yo, yo fui a la cárcel porque me cogieron en el coche, que yo venía entonces de un intercambio que habíamos hecho ya la Federación de Campesinos de Levante con el Consejo de Defensa de Aragón, que le dimos millón y medio de patatas de simiente que venían de Escocia, de Inglaterra, y ellos nos dieron 170 wagones de azúcar y en este marchandaje que hicimos, cuando yo volvía con el coche a València, pues me cogieron y estuve 19 días en las Torres de Quart en la cárcel.

P.- ¿En qué mes fue esto, en qué mes?

R.- …En marzo.

R2.- Esto sería en marzo.

R.- Marzo del 37, es entonces cuando aquello lo deshicieron, que yo me alegré mucho.

P.- Vamos a ver, ¿esto de deshacer la colectividad, no la suprimieron, no? Lo que sí que hicieron, probablemente, era decir que los que querían salir podían salir, ¿es eso?

R.- En gran parte hubo algo de eso que usted dice, sí, no en general, pero en gran parte hubo bastante de eso que hizo, porque llegaron a tal forma en su propaganda, sobre todo en particular los comunistas, porgue a los comunistas, eh, les hubiera venido eso de primera, si nosotros hubiéramos respondido al ministro de agricultura, que era comunista, pero como estábamos en guerra con él, él no quería que se organizara nada sin que fuera él el que llevaba el control y, claro, pues hubo quien aprovechó y se salió, pero los mayores beneficiarios fuimos nosotros porque de aquella cantidad de gente que la habíamos tenido que llevar siempre a rastras, después ya no la tuvimos y entonces quedó la colectividad de Alfara sólo y exclusivamente hecha en CNT, desde entonces marchamos divinamente todos.

P.- Ahora, una pregunta que yo he hecho mucho en Aragón. ¿No hubiera sido mejor, desde el principio, formar la colectividad sobre una base voluntaria y solamente los que querían ingresar?

R.- Es que si así se hizo, si nadie dijo que no.

P.- Bueno, pero usted sabe la sicología humana ¿no?

R.- Yo le voy a decir a usted, yo le voy a decir a usted que la pregunta que usted me ha hecho es muy importante, no que la hay, que ha hecho ahora, que ha hecho a lo primero, que sigue la misma relación. Quién se atreve a decir que no en ese momento, si todos dicen que sí. Cuando yo propuse desde el alto del camión, en Alfara, que solamente para responder de las vidas y de los estragos que pudiéramos sufrir, haciéndonos todos una familia podríamos salvarnos y si no no, esa palabra encierra todos los momentos sicológicos, eh, el pueblo entero está asustado y todos te dicen que sí, cómo puedes saber quién lo dice en falso y quien no lo dice. Tampoco hubo ninguna coacción, absolutamente, cuando la CNT se quedó sola, luego, con la colectividad y los demás, los que quisieron estuvieron y los que quisieron se salieron… pero que fueron ellos los que peor comieron, ¿me entiende?, ahora, era a su gusto, eran muy dueños de lo que les viniera.

P.- Sí, sí.

R.- Por eso le digo que cómo puedes escoger si allí siempre había sido muy mayoritario el sindicato de la CNT en todas las cosas. Es la CNT la que propone, precisamente, un caso de esos y lo expone al pueblo, el pueblo lo acepta enseguida, casi no me dejaron ya ni hablar más en el camión, incluso los grandes burgueses lo que querían era salvar la vida por si acaso iban a un barranco. Luego se hace esa colectividad, me hacen a mí el administrador de ella, pero ya le digo, pongo un consejo económico que son ellos los que se han de sacar las perras para las necesidades que hay en el pueblo. Después vienen los otros, lo rompen con el ejército aquello, viene aquella propaganda demagógica que tienen y muchos se salen, con bastante sentimiento de ellos, que no los dejamos entrar después, una venganza que no debían de haberlo hecho en muchos lados, pero parece que en esos pueblos algunas veces las venganzas personales siempre son graves. Y nos quedamos solos y todo el mundo se cree que aquellos cuatro o cinco meses que nosotros marchamos con la colectividad, todo el pueblo en conjunto, ha sido la edad de oro de aquel pueblo.

P.- Son más meses, ¿no?, desde julio hasta marzo, son casi 9 meses.

R.- Sí, sí, no, serían unos 7, que eso tardó un mes, un mes y medio a cuajarse del todo, unos 7.

R2.- Siete meses, siete meses.

R.- Y, ji (somriu), muchas mujeres lo han dicho mil veces que nunca han comido mejor ni han vivido mejor que entonces y es que entonces había mucha comida, pero es que luego comenzaban las cosas a escasear, el trabajo se hacía bastante lento en una cantidad de gente que no sentía lo que llevábamos adelante.

P.- En la colectividad, ¿no?

R.- Oui, muchos de los delegados de grupos , que hablaban conmigo por las noches cuando yo solía venir de València porque mi trabajo estaba en València y si no iba todas las noches iba casi todas, venían siempre exponiendo, además que el consejo que teníamos estaba enterado y es entonces cuando vienen los comunistas y rompen todo aquello a, a cañonazos, allí murió un hermano nuestro también y, claro, a mí me llevan a la cárcel, pero yo tengo un descanso grande en la cárcel porque es que me han quitado de encima una responsabilidad que yo sabía que a la larga íbamos al fracaso… ¿me ha comprendido?

P.- (Ho confirma) Mm, mm.

R.- A la larga íbamos al fracaso.

P.- Por la poca gana que tenían algunas gentes de trabajar, ¿no?

R2.- Claro.

R.- Ahora usted me dirá: “Todos esos son los que no estaban a gusto”, yo creo que es verdad que todos esos no estaban a gusto y, claro, cuando todo aquello lo quitaron se fundó el consejo municipal, que lo fundé yo también desde las Torres de Quart de, estando preso que vinieron a hablar conmigo, hicimos a los de Izquierda Republicana uno de ellos presidente, a otro que era socialista lo hicimos secretario, pero luego …

(Fi cara 1)

(Cara 2)

P.- Sí, siga usted.

R.- Nosotros estábamos ya al margen de lo que viniera, porque había un consejo municipal oficial que se entendía con el gobernador, ¿me entiende?

P.- Sí, sí.

R.- Ya digo, es una de las veces que estando en la cárcel estaba yo contento.

P.- ¿Qué hicieron los comunistas cuando entraron en el pueblo?

R.- Pues, lo primero, atropellar lo que podían, por el odio que se nos tenía porque aquel pueblo había sido una especie, cómo le diré yo, eh, eh…

P.- ¿Piloto, no?

R.- De foco, todos los pueblos se tocan allá, aquello está muy poblado y que todo el mundo que venía de to aquellos pueblos venían corriendo allí a copiar de la pizarra todo lo que yo había escrito de lo que habíamos hecho y de lo que íbamos a hacer, muchas veces no me encontraban a mí para hablar porque no estaba, pero copiaban todo lo que había allí, iban a sus pueblos y lo hacían.

P.- Usted escribía todo en la pizarra, ¿no?

R.- Lo que me convenía (somriu)… y como la guerra con los comunistas fue siempre a muerte por todos lados y ellos jamás pudieron constituir un solo grupo por aquello, pues el odio comprenderá usted hasta dónde llega con estos señores, donde ellos, eh, todo el que pacte con ellos o se entrega o lo destrozan, ahí no hay término medio.

P.- ¿Dice usted que lo destrozaron a cañonazos?

R.- Sí.

P.- ¿Es cierto eso, a cañonazos?

R.- Si, que a nuestro hermano lo mataron en un cañonazo desde un tanque, que él estaba mirándolos desde una ventana.

P.- Entraron con tanques, ¿no?

R.- Con los tanques. |

P.- ¿Quiénes fueron, los de Lister?

R.- No, los comunistas. |

P.- No, ¿los de Lister, la división de Lister?

R.- No, no recuerdo quién mandaba aquella.

R2.- Esa fue en Aragón.

P.- Si, yo sé, es por eso que pregunto si fueron las mismas.

R.- De eso que habla usted podría hablar mi hermano bastante, esas batallas con Lister es él que las tuvo.

P.- Sí, ¿pero no fueron la…?

R.- No, fueron las brigadas de carabineros, que hizo Negrín en los últimos tiempos, mezclados con comisarios comunistas, así es que ellos tuvieron una habilidad para combatir a la CNT, de valerse del ejército del pueblo para combatir a los que ellos no podían, ellos no eran nadie ni na.

P.- No.

R.- No sé mañana lo que serán, entonces no eran nada, además no los dejábamos ni rechistaR.-

P.- ¿No hubo resistencia?

R.- No, si los comunistas no podía haberla, si ellos al lao de nosotros no eran nada ni nadie, no, no sé.

P.- No, digo, ¿en el pueblo, cuando entraron los comunistas, había…?

R.- ¡Pues claro que hubo resistencia!, ahí mataron a mi hermano y mataron a cuatro o cinco más a cañonazos y ocuparon todo el pueblo, un pueblo pequeñito de… unos 4.000 habitantes escasos, pues había 15 tanques en el pueblo.

P.- Quince tanques, ¿no?

R.- Ssh, mientras que en los frentes no teníamos tanques, estaban todos allí, tenían más miedo a la retaguardia que a los frentes.

R2.- Y sobre la torre que bombardearon también,

R.- Oui.

P.- ¿Cómo?

R2.- A la torre del pueblo.

R.- La torre de la iglesia.

R2.- La iglesia le tiraron muchos cañonazos porque allí había algunos compañeros con ametralladoras resistiéndose allá, ¿no?

P.- Ya, ¿o sea que hubo lucha?

R2.- Sí, sí, sí, sí, tuvieron que retirarse.

R.- Sí, sí, sí, no, si la lucha y la lucha aquella se acabó porque vino Amil, uno de los miembros del Comité Nacional de la CNT, y se metió enmedio del fuego y pararon nuestros compañeros, porque si no pues, eh, voilà, no hubieran… porque luego, como le hemos dicho anteriormente, en cuanto eso se generalizó en Vinalesa, que está ahí al lado, y en Alfara, comenzaron a bajar de los 9 pueblos de la comarca todo lleno de camiones al combate, además bajaron cuatro compañías de la Columna de Hierro, que estaba en el frente también, y, claro, el Comité Nacional de la CNT siempre queriendo la paz, que primero la guerra y que primero la guerra, pues hizo ceder a nuestra gente y es por eso que ellos ocuparon aquellos pueblos, si no no, a qué santo.

P.- Que pasó concretamente en Vinalesa, ¿no?

R2.- Sí.

R.- Sí, en Vinalesa echaron la culpa también que si dos curas habían dicho o habían deshecho que, por fin, los cogieron unos grupos y los mataron y no sé qué relaciones tenían aquellos dos curas, que nunca, nunca me preocupé en averiguarlo a fondo, es lo que dío lugar a que vino una brigada de carabineros a invadir el pueblo de Vinalesa.

P.- ¿Esto antes de que vinieran a su pueblo?

R.- Sí, primeramente a Vinalesas, sí.

R2.- Sí, pero a los mismos días.

P.- Los mismos días, ¿no?

R.- Eh, los mismos días y, claro, allá a Vinalesa inmediatamente comenzaron los grupos de Foios y de toda la comarcal de Foios y ellos de Vinalesa tuvieron que retirarse, cruzar el barranco y venir a Alfara.

P.- Venir a Alfaro, ¿no?

R.- Había, Alfara.

P.- Alfara, perdón.

R.- Llaman Alfara alfarería porque hay muchas fábricas de ladrillos y es allí donde se generalizó más fuerte la lucha y se acabó por eso de que, es lo que le digo, Amil y uno de los compañeros más caracterizados del Comité Nacional de la CNT, hizo parar el combate a nuestra gente… los otros los dejaron salir, pero se quedaron con los dueños de la localidad por dos o tres días.

P.- ¿Y qué es lo que pasa en el pueblo, no sé si voy a pronunciarlo bien, Cullar?

R.- Cullera.

P.- Cullera, Cullera es, ¿no?

R2.Sí.

P.- Porque esto es antes de todo esto, me perece, ¿no?

R.- 0ui, oui.

P.- Está por el mes de enero o por ahí, ¿no?

R.- 0ui, oui.

P.- ¿Qué es lo que pasa ahí?

R.- Siempre tropezamos con la misma piedra. Lo primero que pasa es en Gandía… en Gandía, eh, el Comité Comarcal de la CNT ha hecho ya, a la que llegan estos acontecimientos, dos viajes aquí a Francia y en una camioneta se han llevado dos pequeños cañoncitos antitanques, claro, como toda aquella comarca la habían tenido los republicanos y los socialistas y luego ya lo dominábamos nosotros, la CNT, pues se estableció una guerra con el gobierno por una sola comarca y entonces se les ocurrió, a la CNT de Gandía y de toda su comarca, de que si no venía en la cabeza de ellos el Comité Nacional de la CNT, por aquella carretera hacia el sur no pasaba nadie… desgraciadamente pasaron dos motoristas del gobierno llevando unos partes a Andalucía y se los cargaron, cosas mal hechas. Pero luego vino una fuerza y con la fuerza pues hubo allí sus batallas y la fuerza tampoco pasó, al retirarse es cuando atacó Cullera y los de Cullera querían también volar el puente, que está en el río, por donde pasa la carretera, pero, en fin, se evitó. Aquellos acontecimientos no fueron tan grandes como estos que le digo de Vinalesa. Como en todo aquello siempre el Comité Nacional de la CNT nos había hecho parar a nosotros porque primero era la guerra, pues se conce que Negrín se envalentonó y creyó que en todo cederíamos igual y de ahí viene el ataque luego a Vinalesa y luego aún, después, viene el ataque a Sueca… que el de Sueca se arregló por teléfono, cogieron miedo los carabineros, tres compañías que habían venido, y vinieron de noche, ocuparon teléfonos y los puntos estratégicos y con dos o tres llamadas de teléfono se fueron también todos, porque se creían que entre los naranjos los matarían y aquello se arregló también bien. Pero en Vinalesa pues y en Alfara no pasó así. Luego subieron pa arriba y…

P.- Perdóneme ¿en Cullera no es cierto entonces que hubo como una sublevación de derechas, antes de que se produjera todo esto?

R.- No, eso han sido pretextos, muchas veces, que han anunciado en particular los comunistas, que siempre han dicho que, eh, se sublevaban las gentes donde estábamos la CNT, no, eh, sabemos que los trucos corren por todos lados. Cullera no podía sublevarse nadie, el 80 por ciento era CNT, además ya en el año 17 ocurrirían los primeros sucesos de Cullera, desde el año 17 Cullera estaba en combate permanente.

P.- Ya, tenía un arraigo cenetista.

R.- Oh là là, pues allí, eh, era muy difícil allí que hubieran hecho, pero, mira, no, luego lo que pasa es, lo que le digo yo, es que empiezan en marzo toda esa serie de acciones, Negrín, y culmina todo, subiendo toda la costa del Mediterráneo arriba, nos toman Burriana, que es un pueblecito al lado de la provincia de Castellón, donde nos quitan unas fábricas que teníamos de pistolas, por cierto muy buenas, muy bien hechas, ¿eh?, y de allí suben pare arriba, Vinaroz, Benicarló, no hacen ya muchos estragos, hasta que vienen a la batalla concentrándose todos de Barcelona, lo de Barcelona ya lo conoce usted, y…

P.- Usted dice siempre Negrín, Negrín en aquel momento no era presidente del Consejo.

R.- Sí.

R2.- No, era largo Caballero, era Largo.

P.- No, hasta mayo, hasta los Hechos de Barcelona.

R.- Ah, ssh, perdona, tienes razón, era Prieto.

P.- No, es Caballero»

R2.- Caballero, Largo Caballero.

R.- Ah, bueno, pero el ministro de la guerra era Prieto.

R3.- Ah, sí.

R2.- Ah, eso sí, sí.

R3.- Sí, sí.

R.- El que nos declaró la guerra de verdad era Prieto, yo hablaba de Negrín, en eso, en eso no, no nos equivoquemos, tiene usted razón+El que nos declaró la guerra, que siempre nos brindó una amistad falsa, fue Prieto.

P.- Ahora bien, ¿cuáles fueron los problemas mayores que tuvieron ustedes con Uribe cuando él era ministro de agricultura?

R.- Ninguno.

P.- ¿Ninguno?

R.- Lo desconocimos.

P.- Bueno, ¿cuáles fueron los problemas que tenían ustedes con el ministerio de agricultura, entonces?

R.- Le puedo decir casi ninguno, por la sencilla razón de que él quería que todas las tierras que nos habíamos incautado que se hicieran oficialmente revalidadas por el ministerio de agricultura y hubo algunos pueblecitos que lo hicieron, algunos pueblecitos que lo hicieron, el resto no le dimos ninguna importancia, lo dejamos estaR.-

R2.- Hubo… hubo otra cuestión.

R.- ¿Cómo?

R2.- Hubo otra cuestión, en los primeros tiempos la Federación Regional de Campesinos comerciaba directamente con el exterioR.-

R.- ¿Qué hacían?

R2.- Cuando llegó el ministerio de agricultura Uribe, que todo eso ya lo concentró en el ministerio, aunque se hacía la exportación por la Federación.

R.- Perdona, perdona.

R2.- Bueno.

R.- Ssh, perdonadme, no, no corras tanto.

R2.- Y es ahí donde va.

R.- No corras tanto. Cuando ya, después de que hemos terminado, creo, que de mi pueblo poco más le puedo decir, es entonces cuando hemos cogido toda la cosecha de cebollas y los exportadores, como son señores, no se atreve a salir nadie y hacemos un Pleno de todos los pueblos que producían cebollas.

P.- ¿De Levante o de la comarca?

R.- De toda la provincia de València, en las demás provincias no se hacen, para ver la forma de exportar las cebollas y también fundamos un comité que se encargó de exportar estas cebollas y marchó muy bien hasta que se acabó la guerra, que él estuvo, pero luego tuvo que… ah, o haber otro comité muy importante para la exportación de la naranja.

P.- La CLUEA, ¿no?

R.- La CLUEA, que era CNT y UGT, y es eso lo que ha dicho mi hermano que, después, a fuerza de pelear Uribe deshizo la CLUEA y formó la CEA, Central de Exportación de Agrios, pero, claro, esas luchas pa nosotros venían un poco de resbalón, que teníamos los delegados de la CLUEA, las luchas ya vinieron más, como aquel que dice, entre ellos; nosotros, de todas formas, todo lo que exportamos lo exportábamos por nuestra cuenta, es verdad, pero todo controlado por el Banco Exterior de España, es decir, que las divisas que a nosotros nos quedaban aquí, como en Inglaterra, pa la Federación de Campesinos, eran las divisas de las comisiones de los agentes que teníamos de ventas, todo, oh, el montón de millones, porque valía muchos millones entonces, la naranja no llegábamos nosotros a más del 70 por ciento de toda la que salía, todo eso ya ingresaba en el Banco Exterior de España y nosotros llegaban las comisiones de nuestros agentes de ventas, que uno de ellos era el hermano de Carmen.

P.- Vamos a ver, vamos a tomar el caso de la cebolla porque es poco conocido, el caso de las naranjas es mucho más conocido creo yo, cuando ustedes…

R.- Claro, el uno ahoga al otro, el de las cebollas era más pequeñito y muere ahogado por las naranjas, siga, siga usted.

P.- Ya, bueno, vemos a veR.- Cuando ustedes recogen toda la cosecha de cebolla y van a exportarla, ¿cómo proceden con el dinero que les da el Banco Exterior, no? porque les dan en pesetas lo que ellos han cobrado fuera, ¿cómo reparten ustedes el dinero que han cobrado de la venta de la exportación?

R.- A cada pueblo con arreglo a las cajas de naranja, de cebollas que nos han dado confeccionadas, que en el pueblo, como ya le he dicho, solía ser UGT y CNT, lo partían con arreglo cada uno a lo que había entregado y lo que iba a la CNT, pues si había cooperativa y colectividad lo partía, los de la cooperativa se lo repartían entre ellos y las de la colectividad se lo quedaban para todos, éste era el reparto que se hacía. Además los delegados de ventas que había allí, eran cinco, que eran sólo y exclusivamente campesinos.

P.- Vamos a veR.- Si llegaba dinero a una colectividad, por ejemplo, y la colectividad o los colectivistas tenían ya su sueldo familiar, ¿se repartía beneficios de la cosecha de cebollas que se había recogido y vendido al extranjero?

R.- Naturalmente, cada uno era dueño en su libre albedrío de hacerlo como le venía en gana o lo repartían o lo dejaban para, semanalmente, ir dando el salario familiar que se había acordado y esto es lo que se solía hacer generalmente.

P.- ¿Cada colectividad operaba por su cuenta?

R.- Sí, por su cuenta en este orden. No obstante, para limitar la piratería comercial habíamos hecho una especie de legislación, que más bien era de palabra que escrita, de que cada pueblo después de cubrir, de los productos que él criaba, las necesidades de su pueblo y de los demás pueblos que había alrededor, si de ello tenían necesidad, el volumen que les sobraba de eso lo ponían a disposición de la comarcal, como la comarcal lo concentraba en la provincia y las provincias en la región, que era ya para exportaciones o para mandar en grande escala a otras regiones de España que carecían de ello, es a causa de eso que nosotros desde València abastecíamos Madrid casi entera y todo el ejército.

P.- ¿0 sea que cada comarcal…?

R.- Comarcal.

P.- ¿…ya funcionaba en pequeño como un banco 0…?

R.- Llamómosle así, sí, un banco.

P.- La función es más o menos.

R.- Que, luego funcionó como banco.

P.- ¿Se creó un banco, creo, no?

R.- Sí, sí.

P.- ¿Eso es antes o después de marzo del 37?

R.- Después, después.

R2.- Después, en la primavera.

R.- Sería pa allá por el mes de mayo.

R2.- El mes de mayo del 37.

R.- Por el mes de mayo del 37 se creó un banco que le llamábamos Caja de Compensación Agrícola.

P.- ¿Funcionó aquel banco?

R.- Sí, sí, hasta el día que acabamos.

P.- ¿Pero sí que funcionó en el sentido de compensar a las colectividades más pobres de…?

R.- Efectivanmente, no.

P.- ¿Cómo se hacía esto?

R.- No le han informado mal, no, a usted.

P.- ¿Se hizo un impuesto sobre cada colectividad o cómo se…?

R.- No, no, le voy a explicaR.- En el primer Congreso de Campesinos, que se celebró al mes de estallar la guerra escasamente, se tomó el acuerdo que la región de Levante trabajaríamos y creíamos que conseguiríamos que todo el mundo tuviera el mismo salario en la región… esta cosa que nosotros la considerábamos de justicia. Este asunto nos llevó a muchos quebraderos de cabeza porque había comarcas muy ricas, de las que hay en el centro de la huerta, y había comarcas muy pobres, como aquellas que están en Utiel y Requena, en la campaña, en las montañas donde el nivel de vida, que habían tenido siempre de unos a otros, pues era de 1 a 4. Ahora bien, como este acuerdo fue uno de los primeros del primer congreso que celebramos de constitución, cada vez que había plenos o congresos todas estas comarcas pobres de la campaña reclamaban siempre de trabajar en ese sentido… y nosotros no teníamos la posibilidad de poder realizar eso, ahí vino algo importante también. Pudimos conformarlos dándoles semillas, todo a condición del banco, de la caja, dándoles semillas de mejor calidad, cambiando la ganadería de la mejor calidad que podíamos encontrar entonces, dándoles algún tractor, que no había muchos por entonces, camiones y medios para que se fueran desenrollando, motores que en algunas partes sacaban el agua y cada vez íbamos modificando un poco más, pero luego teníamos otra lucha. En el pueblecito que se encontraban esos protegidos por nosotros, la guerra era permanente porque los que eran de la CNT comían y vivían y los que no lo eran ¡no tenían!… eh, eso, hay cosas complicadas en la vida, es decir, un pueblo de esos pobres, míseros, de la montaña, que la mitad sea CNT o que se ha ido a la CNT y que los otros no lo están, luego tienes la guerra, como pasaba en Castilla con la Federación del Centro que siempre los camiones y camionetas estaban por toda la región, de los pueblos pequeños, repartiendo, pero repartían a sus colectividades, ¿y a los que no estaban quién los abastecía?, estaba la guerra de los pueblos también, era un poco difícil. Pero nosotros para poder elevar el nivel de vida de los pueblos más pobres que teníamos, no podíamos hacerlo más que a través de la Caja de Compensación, todas las cuentas estaban escritas, pero, como le he dicho al principio, no era para que pagaran nunca, sino para saber lo que debían a los otros que eran más ricos, porque los grandes productores de naranja tenían millones y millones en la caja confederal, je (somriu), pero a los de arriba les hacían falta millones tambión para ellos y ya fuerza hay que haceR.-

P.- Cuando usted dice la caja confederal quiere decir la Caja de Compensación, ¿no?

R.- Voilà, efectivamente.

P.- Mire, ¿de dónde procedían los fondos de la Caja de Compensación?

R.- Empezaron con las exportaciones del primer año de naranja.

P.- ¿Se tomaba un porcentaje, un tanto sobre la exportación?

R.- Y lo demás quedaba en depósito mientras no tenían necesidad de él.

P.- ¿Recuerda usted el tanto que se tomó sobre la exportación?

R.- Sobre la exportación se empezó a dejar allí el 10 por ciento.

P.- ¿Para crear la Caja de Compensación?

R.- Para lo demás, para el funcionamiento de toda la regional y para toda la serie de cosas que había y ayudas de otros que fueran más apurados, pero es que luego, aunque se siguió siempre quedándose el 10 por ciento, luego resulta que los fondos que había en le caja eran muy superiores porque había comarcas, como ésta de la que estaba yo, de Montcada, que tenía millones en la caja por… no lo llevaba a otro banco; estaba la comarcal de Sueca, estaba la de Gandía, estaba la de Torrente, que tenían muchos millones y estaban en la caja del banco y ellos venían a por el dinero que necesitaban como si hubiera sido otro banco particulaR.-

P.- ¿0 sea que ustedes ingresaron todo su superávit en la Caja de Compensación?

R.- Eh, efectivamente, así mismo.

P.- Me imagino, aunque probablemente no pasara así, que alguna colectividad más egoísta hubiera podido quedarse con su superávit y gestarlo en lo que quería, ¿había normas para impedir esto?

R.- No, no.

P.- ¿O sea que era sobre base voluntaria que se ingresaba el dinero en la caja, no?

R.- Oui, oui, efectivamente, no obstante algunes veces, como pasaba en la comarcal de Foios y esto se lo pinto como anécdota, donde además era un amigo personal mío el secretario, el cabrito de Seguí, y que había veces que debía y debía y debía y no podía ser que debiera la comarcal de Foios, una de las más ricas de toda la provincia, y algunas veces he cogido yo el coche desde València, que está a 10 kilómetros y he ido allí con un par de sacos y los hemos llenado de billetes los dos sacos porque tenía dos o tres cajas fuertes estaban llenas, ¡ah!, y tenía una riña con él y me prometía mil veces que ya no lo haría más, yo me llevaba el dinero y me prometía que no lo haría nunca más, pero pocas veces más tarde solía hacerlo y se echaba a reír y qué ibas a hacer, ¿le ibas a fusilar?, si además era honrado, no le cabía más de honrado, pero nunca había visto una perra en su bolsillo, allí veía aquellas cajas que estaban llenas.

P.- Le gustó tenerlas ahí, ¿no?

R.- Y en vez de llevarlas a donde debía de haberlas llevado, pues se las quedaba algunas veces (somriu). Ya digo, he ido por lo menos tres veces con un chofer y el coche y dos sacos, no siempre se llenaban del todo los sacos, pero, je, yo cuando iba yo ya sabía que había, ah, había un tajo gordo a cargar y esto pasaba, ya ves que Foios está allá al lado, pero mira.

P.- ¿La Caja de Compensación funcionaba solamente para Levante o para València o para qué?

R.- Pa Levante.

P.- Para Levante, ¿no?

R.- Las cinco provincias de Levante.

P.- Ya, ya.

R3.- Yo creo que hay también un aspecto muy importante a preguntarle, ¿no?, eh, si tuvieron una ayuda desinteresada por la parte, digamos, técnica de agrónomos, por ejemplo, hacia la colectividad, ¿eh?

R.- ¿Técnica?

R3.- Sí.

R.- Oh, naturalmente, también ésa es la cosa más importante de todas (somriu), quizá de todas.

Nosotros cuando se montó la Federación de Campesinos…

P.- Dígame en qué fecha se creó la Federación.

R.- La Federación se creó…

P.- Dos meses después de la guerra, ¿no?, o una cosa así.

R.- Pues la Federación se creó, lo que le digo, al mes de la guerra, escasamente, tuvimos el primer congreso donde se tomaron esos acuerdos y se nombró el secretario general, que era Juan Almela, se tomó un mes de tiempo para que cada provincia hiciera un Pleno de comarcales y nombrara dos delegados más para componer el Comité en compañía de Almela. Y de la provincia de València, de esos dos delegados que tenían que ir, soy uno yo y el otro uno que le llamaban Gadea, que lo han fusilado.

R3.- Los que estaban con Peiró.

R.- Oui, en el mismo día que Peiró lo fusilaron, juntos, y, claro. Entonces se fundó, como habían tenido miedo los exportadores de naranja y de cebolla y todo eso, de tirarse a la calle, fundaron un sindicato, que le llamaban _________ donde estaban todos los técnicos de la exportación de València y este sindicato como no cabía en ningún lado ni nadie lo aceptaba, pues ingresó en la CNT porque había entre ellos algunos buenos compañeros, pocos, pero lo que querían era tener un carné de la CNT que les respaldaba y les daba una seguridad en el camino y es de ahí de donde, dice Manent ahora, de donde nos llevamos nosotros una cantidad de técnicos que supieron organizar la región como nosotros pensábamos hacerlo, así es que ellos tuvieron la práctica que nosotros teníamos la teoría y que sin ellos nosotros no hubiéramos podido llegar a la grandeza que llegamos. Aún está Manfonís por ahí, el secretario de exportación que teníamos, Dalmau que era el que llevaba la contabilidad, otro que se encargaba de todos los envases de todos los productos, Vizcaino que llevaba la caja, pues habría una trentena de estos, que habían sido siempre de Izquierda Republicana y republicanos federales de los tiempos de Pi i Margall, los que se vinieron todos con nosotros y como éstos a muestro lado no se consideraron nunca de que eran funcionarios, porque todas las decisiones que se tomaban se tomaban con ellos y ellos con nosotros igual, es decir, juntamos teoría con la práctica. Ahora habrá quien dirá: “¡Coño!, pues muchos de ellos eran grandes señores”, de acuerdo, pero en el cumplimiento de su deber, si no hubieran querido cumplir estaban controlados para echarlos y cumplieron, no es que cumplieron, es que hoy aún voy yo por València y algunos señores de estos, que me ven, me abrazan y dice: “Viva la CNT”, je (somriu), hoy que están ellos mandando, es una broma que me hace reír pero no me sabe mal. Este es uno de los casos, de allí nos llevamos nosotros gente como Calzada, que era el técnico de la exportación, Calzada igual hablaba el francés que el inglés que el alemán; Manfonís, que era, eh, eh, el motoR.-

R3.- Y Dalmau.

R.- Dalmau era el administrador general.Tuvimos que hacer también escuelas para enseñar a los jóvenes que iban más avanzados por todes las partes, tener unos cursillos precipitados para que supieran llevar a la administración en las colectividades y en cooperativas porque no toda la gente, aunque había un civismo grande es la cuestión de trabajo y de humanismo, no habían muchas letras, hoy hay más letras que había entonces y hubo que hacer unos cuantos cursillos, en nuestras escuelas, precipitados, escuelas técnicas de agricultura que salieron después, una en Madrid y otra en esa finca de Moroder, que lo decía a usted, tan grandísima, donde un hermano que tenemos nosotros en Bolivia estuvo estudiando allí.

P.- Ahora bien, yo creo, por lo que yo he leído, que ustedes tuvieron más problemas que usted me ha dicho en esto de, cuál es la palabra, mm, no valorizar, en que el ministerio de agricultura les dieran el permiso para constituir, para incautar las tierras y quedarse con ellas.

R.- Pero si cuando se dio cuenta el ministro de agricultura nos habíamos hecho con todas las tierras de Levante.

P.- Sí, sí, sí, pero eso no es el caso, el caso es que si el gobierno manda, le puede formar, hacerles muchos líos.

R.- Pero si el gobierno no era nada a nuestro lado, señor, usted no nos puede comprendeR.-

P.- No, yo comprendo muy bien, yo llevo el… perdóneme.

R3.- (somriu) Oui, oui.

P.- Porque yo no tengo mucho tiempo. Mire, Peirats lo dice e incluso hay un informe de su Federación de Campesinos diciendo que hay problemas porque muchos pueblos no han mandado los papeles correspondientes al ministerio de agricultura y el ministerio, que ya el gobierno va tomando fuerzas, que cada vez hay más problemas y que es necesario hacer, ¿no?

R.- Nosotros teníamos ciertas peleas con muestra misma organización de la CNT, Comité Regional de Levante, que es el que cogía todos los ramos y de todas las Federaciones de Industria nosotros éramos una, el campesinado, ¿entiende usted?, y nosotros estábamos un poco también en guerra con nuestro Comité Regional porque nos quería hacer legalizar lo que ya teníamos en las manos y como a la que se despertó el ministro de agricultura, Uribe, lo teníamos todo, hubo entonces unas campañas donde Uribe es el que dirigió toda la incautación de España, ¡to eso es mentira!

P.- Sí, sí.

R.- Si cuando él llegó a hablar toda esa serie de cosas y esos problemas, si el gobierno no tenía ninguna fuerza para presionarnos a nosotros.

P.- No, pero cuando el gobierno tiene fuerza, ya por el mes de marzo, es un pretexto.

R.- ¿Y quién nos iba a quitar las tierras, si no las trabajábamos con toda intensidad, como entonces, quién mantiene la guerra y al pueblo? ¿Cómo se meten con nosotros? No podían.

P.- Bueno, se metieron con ustedes en marzo hasta mayo, o sea que no hay que haceR.-

R.- Es un efecto de propaganda, lo que le he dicho a usted, porque ya antes de acabarse la guerra ya comenzaron a decir que “Contentos podrían estar los campesinos españoles con Uribe porque les había dado todas las tierras”.

P.- Sí, no vamos a entrar en polémica.

R.- No, no, yo se lo digo.

P.- Lo que yo quiero saber es si ustedes no tuvieron muchos problemas.

R.- No.

P.- Con esto de tener que, cómo se dice esto de… de registrar sus tierras o por lo menos legalizar de una forma o de otra, porque los comunistas les hacían la guerra de esta forma legalista.

R.- La guerra que nos hacían los comunistas es, algunas veces, que nos mataban a traición algunos compañeros en los pueblos , esto es lo que sentíamos más. Todo lo que el ministro de agricultura nos quería imponer a nosotros, eran pequeñas picadas, como una pulga le puede hacer de mal a un elefante, por lo menos las calificamos siempre así y eso fue el resultado que tuvimos hasta que se acabó.

R3.- No, de ahí no.

P.- Bueno, el resultado… (el talla).

R.- Y hemos tenido llemadas, otra cosa, hemos tenido llamadas del ministerio de agricultura, que no las hemos querido, pera revalidar a todos los estudiantes que sacábamos de nuestras escuelas de agricultura de Madrid y de València y darles, ¿en?, el título de peritos agrícolas y se lo rechazamos también, no queríamos ni el título del… nadie quiso acudiR.- Quiero decirle con esto que lo demás si no nos lo podía quitar, si cuando Uribe le dio el primer grito teníamos España en nuestras manos, quizá a la larga, si las coses hubieran cambiado, quizá, pero entonces no.

R3.- Y, eh, no olvides una cosa, en València era así, pero en Alicante, donde yo estaba como secretario, de cincuenta y tantos camiones que teníamos en las colectividades nos quitaron más de veinticinco, más de la mitad nos los quitó el gobierno.

R.- También a nosotros algunos.

R3.- Hasta que tuvimos que ir directamente al gobierno civil y decirle: “El día que nos toque nuestro camión vamos a desencadenar ya la guerra total entre tu y yo”.

P.- ¿Esto antes de marzo, no?

R3.- Yo, esto es después, después, en el año 37, a final del 37 es cuando nos dejaron en Alicante casi sin camiones en las colectividades.

P.- Sí, sí, sí, sí. Yo no veo cómo usted puede decir que no les hicieron muchos líos, porque vinieron con cañonazos a su pueblo.

R.- Bueno, pero ya.

P.- 0 sea que esto es la fuerza.

R.- Pero, bueno, vamos a ver, quiero decir que, pasado aquello, ellos se valían del ejército, pero que en el asunto de nuestro desenvolvimiento de lo demás no hubo nada. Llamadas para organizar todo eso bien, pero nosotros desde entonces pensamos que lo que quería Uribe era ponerse los galones, que aun así se los ha puesto, que les dio toda la tierra él a los campesinos de España, cuando a la que él dio el primer grito la teníamos toda ya.

R3.- Aún, eh…

P.- Eso sí que es cierto, eso no hay duda.

R3.- Aún a final de 1937 firmo yo, en Alicante, como secretario de la Federación de Campesinos, la incautación de unas fincas de un burgués que había allí, que no me acuerdo ahora ya cómo se llama, y no fue ni siquiera el, mm, delegado de agricultura ni nadie de ésos, que soy yo como secretario de la Federación de Campesinos que la firmo.

R.- Por eso le digo que aquí ha habido algo que a fuerza de tanto escribir y tanto escribir, lo mismo que en esto que escriben aquí “Cuadernos para el diálogo” y toda esta serie de cosas, yo lo que no me explico cómo muchas veces intelectuales, periodistas y demás, no han hecho, poco o más o menos como usted, de llegar a la fuente de origen para aclararlo.

P.- Sí, es muy preciso.

R.- Y a todo le dan una especie de cosa oficial y nadie se da cuenta que nosotros, como principio filosófico, somos anarquistas donde que todo lo oficial nos repugna un poco, si no es por acuerdos de igual a igual lo demás nos gusta poco y que luego tuviéramos nosotros que abajarnos a Uribe, cuando le he dicho que había 16 comunistas el día que estalló la guerra y que aún venían dando un poco la lata, porque uno de los días vino un grupito allá a Alfara con tres individuos y una chica, un coche descapotable, llevaba una pistolica así uno de los que se creían jefes comunistas de la comarca… y, claro, eh, llega allí, se asustan allí en el pueblo porque llevaban la hoz y el martillo y en seguida subió al comité, yo lo estaba viendo, desde la ventana yo lo vi y venía para decir que tuviéramos cuidado con todo lo que se hacía de tierras y de tal, porque él era un delegado del gobierno para esto y demás, ya habíamos discutido años antes otras veces. Yo me volví últimamente ya para mirarlo y le dije, digo: “Te doy diez minutos de tiempo para montar en el coche e irte a retratar e otro lado con esa niña que llevas tan guapa, anda, si estás más de diez minutos me parece que ya no se… ya no

tendrás tiempo de salir, ¡vete!”. “Es que me manda el gobierno”. “Dile al gobierno que venga él, me es igual, ¡va a venir allí el gobierno ni los cojones!”, quiero decirte que éstas eran las relaciones que había entre nosotros y los tipejos estos, que casi todos se hicieron policías y delegados y llevaban unas documentaciones terribles de ministros, yo me reía de todo eso.

P.- Explíqueme por qué y cómo fue que algunos, como usted me dijo antes, militantes de la CNT no se hicieron colectivistas, que querían seguir como individualistas o, tal vez, no le he bien entendido, pero creo que es lo que me dijo, ¿no?

R3.- Sí, sí, sí, sí, sí, sí.

R.- ¿Eh?

P.- No en su pueblo, sino en otros pueblos.

R.- No, no, y, eh, y, eh, en el pueblo que soy yo no llegó a eso, pero hubo pueblos, coño, Montcada, que está tocando, y Bétera, en particular, y compañeros de los que eran muy buenos de siempre, es por lo que dicen más de cuatro veces, también, que le, eh, el plan económico es el que dirige a los hombres, se ha de entender que tampoco es verdad, no era la parte económica la que los llevaba… es un sentido muy profundo de amor a la libertad y al individualismo y solían trabajar mucho más ellos en sus campos, que si hubieran estado en la colectividad, pero esto de que si quieren van a las cinco de la mañana, si quieren a las ocho y si quieren a las doce y no hay una reglamentación, aunque no sea mu rigurosa, como a los otros que a las ocho tienen que estar todos trabajando o a las cinco de la mañana, cuando hace mucha calor, para terminar a las once, ¿me entiende? Esta manera de dirigirse ellos en casa su vaca, sus cerdos, su caballo, su carro y hacerlo como ellos quieren y como les da la gana, hay muchos de ellos que son secretarios de la cooperativa, ayudantes muchas veces de la colectividad en lo que sea, ¡pero ellos trabajan! y viven individualmente, no, tienes que atenderlos porque son de verdad compañeros y generalmente de los más ilustrados.

P.- ¿Sería justo decir que, tal vez, eran más anarquistas que anarcosindicalistas?

R.- Claro (cop a taula).

R3.- Exacto.

R.- Usted le ha pesado en el palo.

R3.- Eso es público, es, es, es público.

R.- Usted le ha pegado en el palo.

P.- Después de marzo cuando se deshace o, mejor dicho, se reforma la colectividad en su pueblo, los que han salido ¿qué hacen con sus productos, los venden a la colectividad, los venden a cooperativas o cómo?

R.- Generalmente, generalmente nos los venden también a nosotros, a la CNT, porque no tienen comercio donde meterlos y somos nosotros, el Comité Local de la CNT, el que le saca las cantidades de patatas que producen y demás, al conjunto entregadas al Comité Regional, porque también quedaron muchas cooperativas de la UGT que trabajaban individual en cooperativas y todos los productos que tenía el Comité Provincial de Cooperativas de la UGT también nos daba a nosotros toda su producción porque no sabían comerciarla. De aquí viene otro truco, que a usted se lo voy a explicar y otros dicen que: “¿Cómo abastecía solo la CNT Madrid y los otros qué hacían?”, bueno, usted lo va a saber cómo. El 40 por ciento de ese abastecimiento que iba a Madrid era de la UGT, pero como nos lo habían entregado, al llegar a Madrid era todo CNT, nosotros les pagábamos y andando, ¿usted ha comprendido, no?

P.- ¿El 40 por ciento procedía de…?

R.- El 40 por ciento casi era de las cooperativas de la UGT, sobre todo si se trataba de patatas y arroz y el resto era nuestro.

P.- Pero todo iba con…

R.- Pero al no tener ellos ni grandes almacenes ni grandes camiones para transportes y demás, que es lo primero que peleamos nosotros, porque una federación de esa envergadura y tan pluralista en la cuestión de producciones, si no tiene transporte está toda muerta. Claro, ellos no sabían sacárselo de las manos y con arreglo a cómo estaba el mercado, en la plaza de abastos de València, pues nos lo entregaban, pero al llegar a Madrid nadie conocía si era CNT o era qué, era CNT solo porque todo el abastecimiento era CNT, de ahí viene que muchas veces el coronel Casado, que es el que se hizo cargo de Madrid en los últimos tiempos, hablara conmigo por teléfono a València, decía-“Bueno, salen 200 camiones, Esteban ¿dónde van?”, yo le decía: “Pues ya puede mandar 30 a Gandía, puede mandar 25 a Sollana, puede mandar tantos a Foios”, con el fin de evitar kilometraje y gasolina y ya le hacía yo la distribución de esos camiones y el resto ya de lo que había comprometido de antemano, digo: “Ésos ya vienen a València, desde aquí ya saldrán pa donde los van a cargar en seguida para que se vayan”, y esas facturas nunca se las cargamos nosotros tampoco al ejército, era nuestra forma comercial, todas esas facturas que iban a Madrid pa el ejército, las cargábamos contra la Federación de Campesinos del Centro, nuestros representantes en Madrid eran los campesinos del Centro, ellos se encargarían de cobrarlas al ejército para pagarnos a nosotros.

P.- ¿Con mucho retraso?

R.- No, generalmente no.

P.- ¿No había problemas en esto, no?

R.- No, no, no, generalmente no.

P.- Cuando se reforman las colectividades, ¿tienen ustedes, después de marzo muchos problemas con el gobierno, en lo que se refiere a las colectividades o entonces les dejan más o menos tranquilos?

R.- No, nada, no, no, no, no, no, no, el gobierno vio que si a nosotros nos ponía obstáculos, de qué íbamos a comer todos.

P.- ¿Cómo explica usted la ofensiva gubernamental en contra de las colectividades?

R.- Oh, la cosa tiene la explicación, primera, la que le he dicho a usted. Usted sabe que en España había unos personajes, sobre todo uno que lo llamaban Orlov, otro que se llamó Togliatti y otro, que no sé si usted lo habrá oído nombrar, que se murió ayer, lo enterraron ayeR.-

R3.- André Marty.

R.- André Marty era el que llevaba las milicias.

R2.- Eh, en Albacete.

R.- Pero este tipo que se murió ayer, ¿ya sabe usted quién le digo?

P.- Claro

R3.- Duclos, Duclos.

R.- Duclos.

R3.- Jacques Duclos.

R.- Duclos, Togliatti y Orlov fueron los que navegaron, mm, permanentemente el Partido Comunista español, el Partido Comunista no tuvo jamás ninguna personalidad y eran éstos, los que tenían ese odio tan grande hacia nosotros, los que les hacían hacer toda esa serie de cosas.

R2.Y las consignas que tenían de Rusia.

R.- Bueno, incluso ya sabe usted que en los hechos de Barcelona se apañaron para matar a Camilo Berneri, una de las personalidades más grandes que teníamos nosotros entonces, los socios de Togliatti pues llegaron hasta eso; y Rusia, lo que pasa es que tuvieron esa ofensiva, a lo primero porque éramos más fuertes que el gobierno y, lo segundo, porque éramos nosotros los que teníamos que dar toda la producción pera comer y si no de dónde venía.

P.- Le propongo otra, otra explicación, a ver lo que le parece. Que ustedes han hecho la revolución, el gobierno, los comunistas, quieren hacer la contrarrevolución. Una forma de atacarle es porque ustedes no han tomado el poder o no se han hecho cargo con lo que usted quiera, no vanos a decir el poder porque… pero por lo menos no han quedado en la mayoría de los centros del gobierno y la forma que ustedes se han hecho con la economía en muchas partes de España, la forma de atacarle es de atacarle en su base, la base económica y es eso lo que hacen ellos, ¿no le parece?, para no ser personalista, no hablar de fue tal.

R.- No, no, no, si no hay necesidad de decir nada, la cuestión es que nosotros, ya le digo, desde muchos tiempos habíamos siempre estudiado esa manera de un régimen económico lo más igualitario posible que pudiéramos conseguir con el trabajo de todos y, claro, había que atacar una parte económica, la parte filosófica pues ya la sabemos siempre como hemos sido un poco soñadores, quizá por encima luego de las realidades y ellos, si el ministro de agricultura nos ha invitado cincuenta veces, le he dicho una de ellas, de querer hacer péritos oficialmente a nuestros estudiantes y se lo rechazamos. Si nosotros hubiéramos ofrecido al ministerio de agricultura todo nuestro movimiento para que él se retratara con nosotros y figurara, aquel hombre se hubiera muerto de gozo, pero al no poderlo controlar ellos, había que deshacerlo. ¿Usted habrá leído a Baltin?, pues usted habrá visto la consigna que llevaba, todo organismo que no resolver destruirlo, bueno, pues esto.

P.- Una última pregunta porque tengo que marcharme.

R.- Como usted quiera.

P.- Yo tengo entendido, es una cosa que no me he explicado bien. ¿Antes del 32 existía un sindicato campesino de la CNT?

R.- Los primeros sindicatos campesinos que existieron en València de la CNT, son de 1913.

P.- Vamos a ver, ¿quién ingresa en ellos, los jornaleros o los pequeños propietarios?

R.- Más que nada los pequeños propietarios.

P.- Yo tengo, ¿usted sabe quién es Macario Royo, que era del Comité Nacional de la CNT, que es de Aragón, de un pueblo muy famoso, Mas de las Matas?

R3.- Mas de las Matas.

R.- Macario.

P.- Royo.

R.- Sería del Comité Regional de Campesinos de Aragón.

P.- Era y después era del Comité Nacional, durante la guerra, precisamente estaba en València. Pues, mire, él me dijo una cosa que yo no sé si es cierto o no.

R.- Cambiamos de región, ¿eh?, y hay, no hay que extrañar, siga, siga, usted hable.

P.- No, me dijo que, concretamente, hasta el 32 la CNT no dejó entrar en el sindicato campesino, si se puede decirlo así, de la CNT a los pequeños propietarios. Ahora, no sé si él se refiere solamente a Aragón, porque él tiene que saberlo porque él estaba ahí al mando de la CNT.

R.- Es originario de allí, es originario de allí, sí.

P.- O si esto pasó también en Levante.

R-No, no.

P.- No.

R.- Es más, en Levante son esos pequeños propietarios los que forman los primeros grupos de sindicatos en el año 13.

P.- ¿Y ellos están ya, bajo?

R.- Ellos están permanentemente, que son el núcleo, llamémosle, que alrededor de ellos se hace, ¿eh?, pa eso tendríamos Sollana, que hemos hablado anteriormente, tendríamos Cullera, tendríamos Catarroja, tendríamos luego Narciso el de Benaguasil y todos los compañeros que tenía, son ya del año 13.

R3.-Y sin ir más lejos, en el pueblo nuestro.

R.- Voilà.

R3.- Eh, formamos el sindicato de campesinos sin ningún obrero, sí, había dos.

R.- Dos obreros.

P.- ¿En qué año se forma?

R3.- Eh, se formó en el año 31, en el año, eh, a los pocos meses que vino la República.

R2.- No, pero la CNT lo tiene, este llevó mucha batalla ya en el siglo pasado, sin ser CNT, ¿no?, pero esto se llegó a establecerse ya de una manera bien concreta y limpia y a partir del primer Congreso, del 1910, ratificado después en el congreso de Catalunya, en junio del…

R.- 19.

R2.- Del 18 y, después, el 19 en Madrid el de la Comedia, que los pequeños propietarios, fuera de la tierra, fueran, por ejemplo, artesanos no importa de qué, de qué oficio, mientras y tanto no tuvieran…

R3.- 0brero.

R2.- Obreros trabajando, podían ingresar en los sindicatos.

R.- Obreros trabajando, ya.

P.- Ya, exactamente, cierto, yo creo que ahí o que yo me he equivocado o que…

R.- Por eso la frase.

R3.- No, es posible que en algunas poblaciones haya sucedido eso, ¿eh?

R2.- Sí, es posible, es posible.

R.- Sí, sí.

P.- Porque siempre dentro de la CNT había cierto recelo hacia los que tenían una propiedad, algo, ¿no?

R2.- Había, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí.

R3.- Sobre todo el que no era obrero no le confiaban una cuestión, sin embargo en el pueblo nuestro éramos los que no éramos obreros los que llevábamos el sindicato adelante.

P.- Sí, sí, sí, sí, sí. ¿Puede usted decirme una cosa, que es muy interesante, que me dijo el señor Manent antes, que en su pueblo, donde los fascistas se hicieron con el pueblo en seguida, ¿no?

R3.- 0ui.

P.- ¿Estaba usted en el pueblo?

R3.- Sí.

P.- Bueno, ¿usted pudo huir, no?

R3.- Sí.

P.- ¿Mataron a cuántos en el pueblo?

R3.- Eh.

R.- 42.

R3.- De 42 a 45, no estoy seguro.

R.- Creo que son 42, lo hemos repasado estos días.

P.- ¿Y es un pueblo de cuántos habitantes?

R3.- Eh, de 1.400 tenía entonces, no llegaba a 1.500, 1.470 habitantes o una cosa para así.

P.- ¿Y de estos 42, fueron cuántos mujeres?

R3.- Eh, 12.

R.- 12, nuestra madre una de ellas.

R3.- Sí, bon y yo me escapé porque el pueblo no estaba desarmado. El día del movimiento vinieron, al primer tío que detuvieron en toda la provincia fue a mí, querían que fuera yo con la guardia civil pa recoger a los demás compañeros del grupo, esto era al hacer de noche, cuando yo les digo que yo no iba, que ya sabían ellos las cosas, porque estaba la guardia civil del pueblo, me dicen: “Hale, al camión”, y yo monto el camión, digo:”Me parece que cojo la chaqueta”, dice: “No le hace falta chaqueta ni nada, al camión”, yo subo al camión y estoy media hora sentado en el camión y un vecino de allá sale y avisa al sindicato, el sindicato no estaba desarmado aún y del sindicato salen todos los compañeros hacia la guardia civil y el camión que habían venido de Teruel treinta y tantos falangistas y empiezan a cercar y a cercar y a cercar y el jefe de la Falange del pueblo, Casiano, les dice: “Estamos perdidos, no podemos hacer nada esta noche”, y entonces un teniente de la guardia civil, que venía al mando, me dice: “Baje de ahí”, bueno, yo bajé alegre porque yo estaba pensando a ver qué es, camino tendría para salvarme del camión ya, porque era lo que yo quería.

R.- Pues el camino media hora de vida.

R3.- Bueno, bajo de allá y me dice: “Sabemos que esta noche se van a sublevar, pero con la cabeza me pagará usted si hacen algo”, y yo le dije, digo-“No, no hay que engañarse, no somos nosotros los sublevados, son ustedes”, dice: “Que te calles”, allí se terminó y entonces mi madre, que estaba allá en la puerta, la habían subido, eh, en un síncope que le había dado, es la última vez que la vi, un mes más tarde, que yo fui al pueblo, la habían fusilado con 30 más que se habían llevado la misma noche.

P.- ¿Los falangistas, ¿no?

R.- La misma noche, los falangistas.

P.- ¿Fueron todos de la CNT?, no, su madre no era.

R.- No, de todo, no, mucha gente inocente.

R3.- No, no, no, no, muy inocentes, fue, eh, la suegra de un compañero, eh, la tía Treba (?), que siempre estaba en misa la pobre, porque era la suegra de un compañero de la CNT, la fusilaron también. Tres chicas de 17 a 18 años las fusilaron porque las chicas habían bordado unas banderas pa los jóvenes libertarios. En fin, aquello fue la catástrofe mayor, que yo me daba vergüenza anteanoche cuando oí este tipo hablar en la televisión sobre esas cosas, que le hubiera podido responderle mucho.

P.- ¿Puede usted decirme cómo se llama el pueblo?

R3.- Villarquemado.

P.- ¿Villar?

R3.- Villarquemado.

P.- Ah, ya, ya, en la carretera que va hacia Teruel.

R3.- De Teruel a Zaragoza.

P.- Eso, precisamente.

R.- El primer pueblo que cruza la carretera por el centro.

R3.- Y, y aún voy a decirle más. Había entonces a izquierda de la carretera, el almacén de Paco con un hoyo muy grande, un pozo muy grande, que los fusilaban arriba y caían abajo muertos o sin morir y les echaban cal y allí y finaba todo.

R.- Los quemaban.

R3.- ¿Usted se da cuenta del horror de esas muertes, cuando este tipo la otra noche en la, eh, eh, empezar…?

P.- Ahí no se había matado a nadie, ¿no?

R3+. Nosotros no matamos a nadie.

R.- Nunca.

P.- En su pueblo… perdóneme, es una pregunta más. Cuando usted sube al camión, ¿se había matado ya a alguien?

R3.- Nadie, nada.

P.- Nadie, ¿ahí no se mató a nadie?

R3.- Nadie en absoluto.

P.- ¿Sabe usted por referencia cuántos?

R.- No nos acordamos, yo que había pasado allí, fíjese tengo 70 años y yo había pasado allí hasta 27 años, no recuerdo nunca que haya habido una muerte aún en aquel pueblo de donde somos nosotros, nunca.

R3.- Nunca.

P.- No, ¿pero en Alfara…?

R.- En Alfara tampoco, tampoco.

P.- ¿Tampoco, no se mató a nadie?

R.- Tampoco, sí, un guardia civil, de los que había allí, que se marchó a València en los primeros días de la revolución y lo conocieron y lo mataron.

P.- Ahí en València, ¿no?

R.- Si, en el pueblo no.

P.- Nada más que…

R.- Pueblo nada más.

P.- ¿Sabe usted, por referencia, cuántos mataron los franquistas cuando entraron en Alfara?

R.- Oh, me parece que son 17, también, también de gente, de gente inocente, 17 y además les dieron unas palizas y unos martirios terribles en el pueblo, hasta que los llevaron a València antes. Es una cosa de odio.

P.- Me gusta… (es talla).

(Fi de l’entrevista)

Títol Anarquisme i col·lectivitzacions a Alfara i comarca durant la Guerra Civil
Bibliografia Ronald Fraser (1975), «Entrevista amb Rafael Esteban». Col·lecció Ronald Fraser de Testimonis Orals de la Guerra Civil espanyola, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona
Temàtiques Guerra, documents, història
Data de publicació en Alfarapèdia Dilluns 29 de juliol de 2024
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